El auge crediticio chino tiene un paralelismo con el auge y el ocaso japonés de finales de los ochenta y principios de los noventa. El auge crediticio chino empezó con una respuesta política a un golpe externo (la crisis financiera internacional) y ha contado con financiación interna. El excedente de cuenta corriente se ha estrechado pero el ahorro doméstico sigue superando a la inversión. El auge crediticio japonés también comenzó con una respuesta política al descenso de las exportaciones tras el acuerdo de Plaza. En ambos países, la negativa del ministerio de economía a ofrecer un estímulo fiscal mayor contribuyó al exceso de los créditos, ya que exigía que la política monetaria se facilitara más y durante más tiempo, estimulando la creación de deuda privada. Creemos que la respuesta política de China será más proactiva, mientras que Japón retrasó el deterioro de las deudas corporativas hasta 1997. Si el gobierno central apalanca mientras se reestructuran y deterioran las deudas privadas y casi-estatales, el crecimiento debería mantenerse alrededor del 4-6% pasado 2013. Además, China entrará en la fase de caída de su ciclo crediticio con un potencial de crecimiento mayor que el de Japón a principios de los noventa.
Por Adam Wolfe.