El PIB alemán creció un 0,5% intertrimestral en el primer trimestre, lo cual ha compensado en buena medida la contracción económica en la periferia y ha sido ampliamente aclamado como una buena noticia para la Eurozona. Pero si Alemania apenas nota el impacto de la crisis de la Eurozona dentro de sus fronteras, el gobierno alemán puede ser menos comprensivo con los argumentos de que la eurozona necesita realizar un ajuste más simétrico, con los países del núcleo ajustándose a la par de los periféricos. Existe el riesgo de que los relativamente buenos resultados económicos alemanes animen a los responsables políticos germanos a mantener lo que parece estar funcionando a nivel nacional: exigir unas medidas de austeridad draconianas a otros países para que puedan reflejar mejor la responsabilidad fiscal alemana.
Por Megan Greene.
