
En Europa hay 24.500 millones de kilos de oro enterrados. En vertederos, en trasteros, en la basura y en los lugares más insospechados. Pero ahí están. Kilos y kilos de oro desechado en forma de móviles viejos. Por no hablar de los casi 250.000 millones de kilos de plata. Un estudio europeo realizado en 2019 daba cuenta de los 700 millones de celulares que, actualmente, se encuentran en territorio de la UE sin ser usados ni reciclados. Una iniciativa de reacondicimiento ha apostado por recuperar algunos de estos metales preciosos y transformarlos en joyas de diseño con un precio asequible.
Oro, cobre, plata, paladio, platino y otros metales preciosos van directamente a la basura cuando te deshaces de tu móvil. También quedan sepultados otros materiales de alto valor en los intestinos de pantallas, televisores, pequeños electrodomésticos, refrigeradores y lavadoras. En el año 2016, los desechos electrónicos generados en todo el mundo ascendieron a 44,7 millones de toneladas: un 8% más de incremento en sólo dos años.
Los datos del informe elaborado por la United Nations University, un organismo académico que actúa como puente entre la comunidad investigadora internacional y las Naciones Unidas, arrojan comparaciones muy gráficas: este volumen de desperdicios equivale a 4.500 torres Eiffel o una línea de más de 28.000 kilómetros que podría unir Nueva York con Bangkok. Pero las cosas solo van a empeorar. Con estas proyecciones, en 2021 el incremento de basura alcanzará el 17%.

El problema no está solo en la generación de residuos electrónicos, sino en la falta de tratamiento adecuado de los mismos. Únicamente el 20% de la basura registrada en 2016 fue recogida y reciclada, según este informe, desechando así kilos y kilos de metales preciosos. Una muestra: en cada millón de teléfonos móviles se podrían recuperar 16.000 kilos de cobre, 350 de plata y 35 de oro.
La plataforma de venta online de reacondicionamiento electrónico Back Market ha lanzado un proyecto en conjunto con la joyería holandesa Nowa y la diseñadora Eva Schreuder para comercializar piezas fabricadas con metales recuperados de celulares abandonados en vertederos de África. La colección ha sido bautizada como G.OLD y está formada por tres colgantes bañados en plata y oro, con un precio que oscila entre los 39,95 y los 49,95 euros. Estas piezas pueden ser adquiridas a través del portal Back Market, que también da servicio en España.
Blanca Marín: "Se trata de una tecnología que estamos acostumbrados a desechar pero que tiene mucho valor. Tirar tu teléfono es tirar oro, plata y cobre a la basura"
Las joyas van acompañadas de unas tarjetas explicativas que informan al consumidor de los materiales con los que han sido fabricadas y sus orígenes. "Buscábamos relacionar el reciclaje con algo de alta calidad", explica a elEconomista Blanca Marín, directora de marca de Back Market España, que confirma que el proyecto ha despegado con éxito en nuestro país, que se ha posicionado en el segundo -sólo por detrás de Francia- en compras y visitas a la web.
"Se trata de una tecnología que estamos acostumbrados a desechar pero que tiene mucho valor. Tirar tu teléfono es tirar oro, plata y cobre a la basura", insiste Marín. Back Market no obtendrá beneficios por la venta de esta colección, que irán a parar al taller holandés y a la ONG Closing the Loop, encargada de recuperar los metales preciosos de antiguos teléfonos abandonados en África para su reutilización.
La directora de marca de Back Market España confirma que están decididos a emprender nuevos proyectos similares tras la buena acogida obtenida por G.OLD. "Somos optimistas en España, creemos que existe un movimiento de consumidores interesados en nuevos modos de usar los objetos", asegura. De hecho, Marín adelanta que, en los próximos diez días, lanzarán una aplicación que permitirá rastrear el origen de la energía eléctrica que consume nuestro teléfono móvil.
Sin reciclaje, sin regulación
La campaña se presenta como una llamada de atención sobre el escenario de insostenibilidad al que la población está abocada, con pilas y pilas cada vez mayores de materiales de riesgo para las personas que no se están reciclando correctamente. El 76% de la basura electrónica generada en 2016 acabó en vertederos, incineradoras, reciclaje convencional o almacenada en los hogares. Y, como hemos advertido anteriormente, la tendencia será la de una mayor acumulación.
La necesidad de que cada vez más países desarrollen legislaciones avanzadas sobre el tratamiento y reciclaje de estos metales ha sido apuntada en el informe citado como medio para evitar riesgos y producir una mayor contaminación de los espacios. En la actualidad, solo 41 países cuantifican y reciclan adecuadamente estos desechos. El continente europeo es el segundo mayor generador de basura electrónica del mundo, por detrás de Australia y Nueva Zelanda, aunque es el que más recoge y recicla: un 35% de los desperdicios, frente al 6% de Oceanía y el 17% de EEUU.