
El Gobierno valenciano quiere cerrar esta legislatura la reversión a gestión pública directa de otro de los cinco departamentos de salud gestionados en concesión, tras asumir, el 1 de abril, la dirección del de La Ribera (Hospital de Alzira, que estaba gestionado por Ribera Salud).
Ximo Puig anunció, ayer en las Cortes Valencianas, que la Generalitat iniciará "antes del verano" el proceso de negociación "definitivo" con la empresa concesionaria de La Marina (Hospital de Dénia, en Alicante), para resolver su contrato de forma anticipada -la concesión finaliza en 2023-.
Hace dos años que Puig puso sobre la mesa esta operación, ante el interés del socio mayoritario de la gestora, Marina Salud, la aseguradora DKV -que controla el 65% de las acciones-, de salir de la concesionaria. Sin embargo, las dificultades para abordar esta operación -dada la situación financiera valenciana- y el rechazo de Ribera Salud -que tiene el 35% y ha asegurado que ejercerá su derecho de tanteo- han ido alargando el proceso.
Prioridad para Puig
El presidente de DKV, Javier Vega de Seoane, se reunió en marzo con Puig para pedir una solución. El presidente valenciano dijo ayer que se trata de una "prioridad".
Una vez descartada la rescisión anticipada del contrato de concesión, por las indemnizaciones, la Conselleria de Hacienda hizo una valoración de las acciones de Marina Salud, que no ha trascendido.
Puig insistió en que la Generalitat apuesta por la gestión pública directa de la Sanidad -a pesar de las estadísticas oficiales y las auditorías e informes externos, que reflejan mejores ratios económicos y asistenciales de las concesiones- y que rescatará las concesiones sanitarias "a medida que vayan venciendo" o se den "determinadas situaciones que lo aconsejen".
Además de la de Dénia, quedan otras tres concesiones sanitarias: las de Elche y Torrevieja, gestionadas por Ribera Salud -vigentes hasta 2021 y 2015, respectivamente-, y la de Manises, por Bupa Sanitas -con contrato hasta 2024-.