
Las compañías farmacéuticas han encontrado en la colaboración internacional una fórmula eficaz para investigar enfermedades que no son rentables económicamente y conseguir resultados en salud en un área de responsabilidad social. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Sanidad
AbbVie, Bayer, Bristol-Myers Squibb, Eisai, GlaxoSmithKline, Johnson & Johnson, Merck, MSD, Novartis, Pfizer y Sanofi fueron las primeras multinacionales en firmar en 2012 la Declaración de Londres y unir así esfuerzos a los de gobiernos, ONGs y fundaciones en el objetivo de erradicar y controlar algunas de las llamadas Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD).
Parte del compromiso, enmarcado en la hoja de ruta marcada por la Organización Mundial de la Salud para eliminar diez de las ETD más prevalentes en 2020, es impulsar la investigación en esta área y suministrar 14.000 millones de tratamientos por un valor conjunto de 18.000 millones de dólares, la mayor donación de medicamentos que se ha hecho hasta ahora.
Cinco años después, la Federación Internacional del Medicamento (IFPMA) ha hecho balance de los progresos conseguidos hasta ahora en el informe 'Cumpliendo con nuestra parte - Innovando para luchar contra las ETD'. Sólo en 2015, las biofarmacéuticas habían donado 1.500 millones de tratamientos para prevenir o tratar estas enfermedades que son responsables del 90% de la carga de morbimortalidad asociada a estas patologías, un 11,7% más que el año anterior, hasta alcanzar a 850 millones de personas en el mundo. Y desde 2012 se han donado 7.900 millones de tratamientos.
Compromiso internacional
Fruto del compromiso internacional, al que ya se han sumado 200 organizaciones, la industria farmacéutica innovadora está desarrollando en la actualidad un total de 109 proyectos de investigación de nuevos tratamientos y vacunas contra las ETD, que afectan a más de 350 millones de personas en el mundo y que, en su mayoría, son tratables y prevenibles.
El 90% de los proyectos que cuentan en su mayoría con planes de acceso para los pacientes se están llevando a cabo en cooperación con medio centenar de universidades, organizaciones no gubernamentales y distintas entidades públicas y privadas. Entre estos proyectos, que tienen una duración media de 10-15 años, se incluyen siete innovaciones radicales, que están en sus últimas fases de desarrollo, contra la enfermedad de Chagas, el dengue, la enfermedad del sueño, la rabia, el tracoma y la filariasis linfática.
Hasta 14 centros de investigación enfocados en ETD mantienen las farmacéuticas en el mundo, entre ellos, el abierto por GlaxoSmithKline en Tres Cantos (Madrid) en 2002.
En dengue, por ejemplo, Sanofi Pasteur ha lanzado la primera vacuna que reduce la mortalidad y morbilidad de esta enfermedad en al menos el 50 y el 25%, respectivamente. Es la primera de una serie de vacunas que están en desarrollo para mejorar estos resultados como la de Takeda, que se encuentra en Fase III.
La farmacéutica Janssen también ha logrado un importante avance en el tratamiento de las helmintiasis, enfermedades parasitarias en las que una parte del cuerpo está infestada de gusanos. La aprobación de una formulación masticable de mebendezol y el programa de entrega de este tratamiento a cerca del 75% de los 870 millones de niños en riesgo contribuirán a reducir el impacto de esta enfermedad.
En el caso de la elefantiasis, la compañía japonesa Eisai ha recibido la autorización para desarrollar y distribuir citrato de dietilcarbamazina a gran escala. Bayer cuenta con un tratamiento pediátrico en Fase III contra la enfermedad de Chagas.
Acceso libre a la información sobre compuestos
La IFPMA subraya otro tipo de contribuciones realizadas por la industria biofarmacéutica innovadora en este ámbito, tales como el acceso libre a información sobre compuestos y moléculas patentadas para su uso en investigación, actividades formativas para investigadores o transferencias de tecnología, destacando entre ellas 40 proyectos en vigor cuyo objetivo es la modernización de la infraestructura sanitaria de varios países en vías de desarrollo.
Recientemente Merck ha anunciado un acuerdo con la Universidad de California, en San Diego (Estados Unidos), para compartir moléculas bajo el programa de innovación abierta WIPO Re:Search, con el fin de profundizar en sus esfuerzos para identificar terapias potenciales frente a la leishmaniasis, enfermedad de Chagas o enfermedad del sueño. La española Belén Garijo, CEO de la división sanitaria de Merck, ha subrayado la apuesta de la multinacional por la colaboración para desarrollar tratamientos seguros y eficaces para los 1.000 millones de personas afectadas por las ETD.
Donaciones e investigación
"Dar pasos adelante de cara a reducir los estragos de las ETD lleva mucho tiempo y requiere de un amplio compromiso por parte de gobiernos, sociedad civil y el sector económico", explica el director general de IFPMA, Thomas Cueni, que añade que "la industria farmacéutica innovadora ha decidido asumir el reto, no sólo mediante la realización donaciones de tratamientos a una escala nunca vista antes, sino también mediante un compromiso a largo plazo con la investigación de estas patologías".
En esta misma línea, Farmaindustria considera que solo mediante la participación de todos los agentes implicados y la colaboración estrecha entre industria farmacéutica e investigadores, todo ello en el marco de un esfuerzo de cooperación mantenido en el largo plazo, se podrá reducir la enorme carga de enfermedad, discapacidad y muerte que suponen estas patologías para los países en desarrollo.