
El adelgazante Mounjaro (de Lilly) está un paso más cerca de convertirse en una molécula mágica. Si ya de por sí ha demostrado su capacidad para reducir el peso de personas con obesidad, ahora la farmacéutica americana ha conseguido demostrar en un ensayo clínico que también previene infartos y mejora la calidad de vida de personas que han sufrido uno. Cabe recordar que la compañía realiza parte de la fabricación de este medicamento en España.
La empresa ha presentado los resultados de tirzepatida (así se llama la molécula de Mounjaro) del ensayo clínico de fase 3 Summit que demuestran que su uso reduce significativamente el riesgo de desarrollo de eventos de insuficiencia cardíaca en adultos con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (ICFEp) y obesidad. Además, los pacientes tratados con tirzepatida experimentaron mejoras notables en los síntomas de insuficiencia cardíaca y las limitaciones físicas. Los resultados han sido publicados en The New England Journal of Medicine simultáneamente con una presentación en las Sesiones Científicas 2024 de la Asociación Americana del Corazón (AHA).
"En la actualidad, nadie duda del impacto desfavorable de la obesidad en la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada, a través del efecto directo sobre el miocardio afectando a su relajación y aumentando las presiones de llenado de las cavidades, además de favorecer la inflamación a nivel sistémico y local entre otros efectos", señala Almudena Castro Conde, cardióloga y jefa de la Sección de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario La Paz de Madrid.
"El ensayo clínico, nos da evidencia sólida del beneficio de tirzepatida en este perfil de pacientes que hasta hace pocos años carecían de fármacos que les mejoraran su pronóstico. Al mismo tiempo es una llamada a la acción para que la comunidad médica que tratamos a estos pacientes, entendamos la estrecha relación de la obesidad con la ICFEp y, por tanto, su tratamiento sea un pilar más de nuestro arsenal terapéutico", añade la facultativa.
También se cumplieron todos los criterios de valoración secundarios clave y los pacientes tratados con tirzepatida demostraron una mejora en su capacidad de ejercicio, caminando aproximadamente 30 metros más en seis minutos que los que recibieron placebo (38,2 metros frente a 7,9 metros). Igualmente, los pacientes que usaron tirzepatida vieron una reducción promedio en el peso corporal del 15,7%, en comparación con el 2,2% en el grupo de placebo2. Tirzepatida también disminuyó significativamente la proteína C reactiva de alta sensibilidad (PCR us), un marcador clave de la inflamación sistémica, en un 43,4%, mientras que el grupo de placebo experimentó una disminución del 3,5%.