Salud Bienestar

Se acortan los tiempos de espera para las terapias CAR-T

  • El proceso de fabricación de terapias CAR-T se acelera para que los pacientes tengan que esperar menos entre la extracción y la administración del tratamiento
El vicepresidente y máximo responsable de la división comercial de la compañía Kite, Warner Biddle

Las terapias CAR-T que se utilizan para tratar diversas formas de cáncer hematológico (que afecta a células sanguíneas) son tratamientos complejos que consisten en obtener células del sistema inmunológico de los propios pacientes, modificarlas (mejorándolas) para que combatan el cáncer y reinfundiéndolas en el mismo paciente. El proceso es complejo y no puede realizarse en cualquier hospital, pero entre los últimos avances en este campo se han presentado en el reciente encuentro de la Asociación Europea de Hematología (EHA) nuevos datos sobre el impacto de agilizar la fabricación para llegar antes a las personas que necesitan estos tratamientos. Lo explica Warner Biddle, vicepresidente y máximo responsable de la división comercial de la compañía Kite.

¿Cuáles serían los avances más destacados de este encuentro científico?

Estamos muy ilusionados, ha sido una reunión intensa. Hemos presentado 12 'abstracts' (resúmenes de estudios científicos) en tres días. Uno de los grandes temas es el éxito de las mejoras en los procesos de fabricación, que ha permitido llegar antes a los pacientes. Además, la terapia se está administrando en fases cada vez más tempranas de la enfermedad, cuando los pacientes se encuentran en mejor estado de salud. Somos los primeros en haber logrado que el proceso entre la extracción y la administración se reduzca a 19 días.

Otro tema importante es la reducción del tiempo que los pacientes necesitan estar ingresados en las unidades de cuidados intensivos, sobre lo cual también presentamos datos. Es una mejora sustancial para su calidad de vida y para que puedan pasar más tiempo con sus familias.

También hemos presentado importantes hallazgos sobre coste-efectividad de la terapia usando datos en práctica clínica real (RWE, en la jerga), con resultados muy positivos.

A partir de su experiencia tanto en el área de tumores sólidos como cáncer hematológico, ¿qué podría contarnos de la aplicación de estos tratamientos en los primeros?

Aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero es una línea de investigación en la que Kite ha hecho una apuesta importante. Lo que sucede en los tumores sólidos es que las dianas terapéuticas (moléculas o mecanismos que provocan la enfermedad, y que los tratamientos combaten) no están tan claras.

Es un asunto complejo, pero existen progresos. Por ejemplo, se han observado signos precoces de que podría ser una opción para el glioblastoma (un tipo de tumor cerebral).

Estamos convencidos de que dar el paso a los tumores sólidos es algo que se va a lograr.

Existen numerosos trabajos de investigación en curso para perfeccionar las terapias CAR-T, ¿puede hablarnos de ellos?

Las CAR-T son muy eficaces. Tenemos los mejores datos en el tratamiento del linfoma que se han visto en años, pero por buenas que sean, aún hay pacientes que no responden, y eso explica que nos esforcemos en seguir mejorando Yescarta (la terapia CAR-T desarrollada por la compañía) y poder tratar a más pacientes.

De hecho, esperamos publicar a finales de este daño nuevos datos con efectos terapéuticos más prolongados en el tiempo, y nuevas técnicas de producción que mejorará el perfil de seguridad. Hay muchas oportunidades.

¿Cuál es su visión respecto a los nuevos esquemas de acceso a estos tratamientos innovadores, como los acuerdos de riesgo compartido?

Participamos en esquemas de ese tipo, como los de riesgo compartido, en muchos países, y ha habido entre las autoridades signos de buena voluntad y de colaboración. Tenemos confianza. En el futuro habrá más oportunidades de mejorar el acceso a las CAR-T con esta fórmula.

En España, por ejemplo, se ha aumentado sustancialmente el número de hospitales autorizados, lo cual redunda en beneficio de los pacientes. La identificación precoz de las personas que pueden beneficiarse de este tratamiento, la educación y el mantenimiento de los mejores estándares son motivo de optimismo y razones para seguir trabajando con intensidad en este campo.

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