
Si hay un dulce típico de Semana Santa es la torrija. Se trata de un postre de origen popular realizado a base de pan frito, huevos y leche. Su sencillez la ha convertido en el alimento perfecto para comer en estas fiestas. Además, posee una lista de beneficios para la salud.
La torrija surgió como una manera para aprovechar el pan duro que quedaba en las casas, y para sobrellevar la vigilia o la prohibición de comer durante los 40 días antes de la Semana Santa. El consumo de sus ingredientes tiene una serie de ventajas para la salud.
Este postre, en primer lugar, es alto en energía. De hecho, llegan a aportar 230 kilocalorías por unidad. También son ricas en azúcar. Por otro lado, son ricas en grasa monoinsaturada y poliinsaturada, especialmente si están fritas en aceite de oliva. Además, si se tiene en cuenta el valor nutricional del pan este debe ser una parte destacable en la dieta. Los nutricionistas afirman que el hecho de no consumirlo de forma habitual contribuye a desequilibrar el perfil calórico de la dieta.
De igual importancia, las torrijas son bajas en colesterol ya que, más allá de la leche, no llevan alimentos de origen animal. También aportan vitaminas y minerales, concretamente calcio y potasio, así como vitamina A, ácido fólico y niacina o vitamina B3.
No obstante, aunque tienen una parte buena, en términos nutricionales, no significa que las personas puedan comer todas las torrijas que les gustaría. Se trata de un postre que estaría dentro de los alimentos de consumo ocasional.
El origen de la torrija
El origen de este postre se remonta a la época de los romanos. Los investigadores afirman que se han encontrado referencias de una receta del siglo I después de Cristo muy similar a partir de una tostada o galleta, leche, aceite y miel.
Por otro lado, en España se hicieron muy populares en la Cuaresma. De hecho, el pan, la leche y los huevos dotaban de energía a los labradores y eran ingredientes asequibles para los más pobres. Un dato curioso es que las torrijas se utilizaba para aliviar a las mujeres que iban a dar a luz y para favorecer su recuperación tras el parto. Sin embargo, pese a las leyendas urbanas, este no es un postre exclusivo de este país. Y es que, hay otras regiones que tienen sus propias torrijas.