
Las farmacéuticas se han convertido en la tercera fuerza exportadora de España. En 2022, la venta externa de medicamentos aumentó un 53% y alcanzó los 28.818 millones de euros. A partir de ahora, ¿Cuáles son los retos que le esperan a la industria? El director ejecutivo de Qualitec Farma, Óscar Mesa analiza el futuro escenario de España en materia de fármacos y las consecuencias de los últimos pasos que se han dado.
El medicamento ha pasado del cuarto al tercer puesto en cuanto a productos exportados de España, ¿Qué es lo que le espera a la industria farmacéutica ahora?
En primer lugar, nos gustaría que se retornase a España, y en general a Europa, gran parte de la fabricación que se ha deslocalizado en los últimos 15 o 20 años. En otras palabras, todos los proceso de manufacturación y fabricación de productos. En el caso de los medicamentos se ha deslocalizado muchísimo ya que la fabricación se ha ido a países como China o India donde los costes de mano de obra son mucho más baratos. De alguna forma, hemos perdido en Europa, y concretamente en España, la capacidad de producir y fabricar. Evidentemente en nuestro país puedes encontrar fábricas de altísima cualificación, pero es cierto que gran parte se ha ido fuera.
El resto de costes de fabricación se asemejan a la tecnología y a través de procesos de transferencia es sencillo mudar ese conocimiento a una fábrica del Lejano Oriente. En conclusión, lo que abarata todo son precisamente los costes de mano de obra. En palabras sencillas, lo que cobra un señor en la India por hacer un trabajo en una fábrica a lo que cobra puede cobrar en España presenta una gran diferencia.
¿Es necesario revitalizar la industria farmacéutica española?
Evidentemente. Deberían inculcarse políticas económicas completamente distintas a las que realmente se están haciendo ahora. Los subsidios o el aumento del salario mínimo profesional, es decir, todo este tipo de cosas no revitalizan este tema porque al final es la empresa y los empresarios los que tienen que pagar todo esto y cuanto más tengan que hacerlo menos recursos podrán dedicarse a lo verdaderamente importante.
Ante la situación actual, ¿El incremento de la inflación juega un papel importante?
Sí, la inflación es una de las causas fundamentales. Todo sube y, sin embargo no hay dinero. Al final cuanto más ahogues a un empresario menos empleo con calidad se puede generar tanto en las grandes como en las pequeñas empresas. Y al final, todos descontentos porque el empresario no puede pagar lo que quiere pagar y el empleado no recibe lo que tiene que recibir porque la mitad se va en impuestos.

Muchas empresas sanitarias reciben ayudas por parte de organismos como el Ministerio de Ciencia e Innovación, ¿Cuánto tiempo tarda en materializarse esas ayudas?
La mediación de las ayudas es a larguísimo plazo. Además, las empresas deben cumplir unos determinados requisitos para recibir las ayudas. Sin embargo, estas necesitan el dinero en ese mismo momento, pero tardan mucho en materializarse. Lo necesito para poder funcionar. Además, el tiempo que se consume en preparar las solicitudes para poder acceder a la evaluación por parte de administración pública de que se te puede conceder una ayuda es brutal. Estas muchas veces vienen en forma de reducción del IRPF o reducción del impuesto de sociedades o de las tasas de la Seguridad Social. Por otro lado, no se trata de ayudar a los empresarios con subsidios, sino de reducir lo que les quitas y dejarles libertad para que funcionen.
España cuenta con los conocimiento, pero al final estos acaban abandonando el país, ¿Por qué?
La cualificación se paga mejor fuera, por ejemplo, en Alemania o Estados Unidos, por lo que es esperable que surja la fuga de talento. No obstante, en cierta medida cada vez pasa menos. Aunque para que no ocurra hay que tratar de fidelizar el talento, no mantenerlo. Esto es una cuenta pendiente complicada.
¿Qué retos se plantean en la industria farmacéutica en cuanto a innovación e investigación?
Primero es un sector rápido, que avanza y genera muchísima riqueza y que invierte mucho dinero, es decir, miles de millones. En España estamos entorno a los 800 y 1000 ensayos clínicos al año. Sin embargo, casi todo el sector es privado y el riesgo es de los empresarios.
Por otro lado, la industria farmacéutica parece que es siempre la mala porque es la que se lleva el dinero, pero ni muchísimo menos. Tiene beneficios e invierte una alta cantidad porque es un sector con un altísimo riesgo. Se llevan a cabo procesos para ver y demostrar que los tratamientos tiene calidad, seguridad y eficacia.
España es una potencia mundial en materia de ensayos clínicos. Pero, ¿Cómo puede seguir mejorando?
Nuestro país es un lugar muy interesante para hacer ensayos clínicos por el simple hecho de que primero, cuenta con un gran volumen de población (somos casi 50 millones de habitantes) por tanto hay una gran posibilidad de encontrar voluntarios para una gran cantidad de enfermedades. Además, hay una altísima cualificación. Por otro lado, España es un lugar donde señalar al menos el comienzo de los ensayos clínicos.
Pero, ¿Cómo se puede mejorar? Se trata de que España se convierta en un país confiable en todos los aspectos, por ejemplo, económicamente. El extranjero debe tener la confianza de invertir en nuestra economía. Necesitamos solidez económica, financiera y regulatoria, es decir, que el sistema jurídico sea también sólido y bueno.
Respecto a la tecnología que está implantando en la industria farmacéutica en los ensayos clínicos, ¿Cuáles son las novedades?
Una de las cosas que se está empezando a desarrollar y que en el futuro va a ser un caballo de batalla es la inteligencia artificial en el manejo y gestión de los datos. Los ensayos clínicos generan millones de datos. Antiguamente estos ocupaban habitaciones completas en forma de archivo en papel. La inteligencia artificial es la interpretación y la gestión de estos millones de datos. Este será el siguiente paso. No todo el mundo lo tiene implementado y sabe de ello.
Uno de los puntos de la Ley de Garantías que se está fraguando es la modificación de las tasas que paga una compañía farmacéutica, ¿Qué piensa acerca de ello?
Las tasas de investigación e innovación se pagan a nivel internacional y estas son relativamente altas. Obtener la autorización de comercialización de un medicamento en Europa implica un mínimo de unos 300.000 euros ante la Agencia Europea del Medicamento. Luego hay unas tasas derivadas en los diferentes países por otros países. En España, las tasas administrativas de registro de medicamento tampoco son muy altas. No obstante sí ayudaría a reducirlas, aunque es cierto que no son tan elevadas.