Salud Bienestar

Vitamina D: por qué la necesitamos

  • El 60% de las personas entre los 50 y 60 años presentan déficit de la sustancia
  • Actúa en la salud cardiovascular, ósea, sistema inmune y estado de ánimo

La falta de vitamina D es un tema de conversación recurrente, sobre todo entre las mujeres. Se trata de uno de los valores que se suele medir con frecuencia en las revisiones rutinarias realizadas por los médicos y cada vez está más generalizada su deficiencia. Se estima que un 60% de las personas entre los 50 y 60 años tiene insuficiencia de este tipo de vitamina. Además, el porcentaje se incrementa llegando al 80% en mayores de 65.

La vitamina D es una sustancia que el cuerpo necesita para crecer y funcionar de forma normal. Se estima que interviene en más de 200 reacciones del cuerpo humano que actúan en diversos ámbitos entre los que se encuentra, la salud cardiovascular, el sistema inmune, los huesos o enfermedades de la piel. Por ello, es de gran importancia prevenir su déficit en el organismo.

La mayoría de los mortales la produce cuando la piel descubierta se expone al sol. Un dato curioso es que si hay una ventana de por medio el sol no produce este tipo de sustancia en el cuerpo. Además, varios factores como las nubes, contaminación, edad avanzada y la piel de color oscuro reducen la cantidad de vitamina D.

La falta de vitamina D afecta, principalmente, a la salud ósea ya que si no hay no se puede fijar el calcio en los huesos y puede conducir a una pérdida de densidad ósea lo que produce osteoporosis y fracturas. Además, su falta está asociada a otras tantas patologías y trastornos. Por un lado, los pacientes con niveles bajos de vitamina D tienen mayor probabilidad de sufrir un evento cardiovascular como un infarto, ictus o angina de pecho. El déficit también se asocia con una respuesta inmune más débil. Se ha relacionado con el Covid 19 ya que los pacientes que presentan niveles bajos de vitamina D cuentan con una capacidad menor defensa frente a cualquier microorganismo.

La falta de vitamina D afecta al estado de animo. Participa en la activación de la serotonina a partir del triptófano. Su deficiencia se manifiesta en forma de astenia, depresión, fatiga muscular, ansiedad por ingesta de hidratos o impulsividad, entre otros. Varios estudios muestran vínculos entre niveles bajos de la sustancia en la sangre y un mayor riesgo de depresión. Además, los investigadores han demostrado que el consumo de suplementos no previene ni alivia los síntomas, según el Instituto Nacional de Salud.

Para prevenir la carencia de vitamina D hay que cuidar el consumo de alimentos como pescados grasos o la yema de huevo. Además se puede recurrir a la fortificación de alimentos, es decir, la toma de leches o quesos enriquecidos con vitamina D activa que se pueden adquirir fácilmente en supermercados.

Por otra parte, la exposición solar y la radiación ultravioleta tienen un gran papel a la hora de sintetizar la vitamina. La vitamina D se aporta al cuerpo humano en más de un 90% a través de la luz solar. La radiación ultravioleta puede causar cáncer de piel, de manera que es importante limitar el tiempo de exposición. Se recomienda unos 15 o 20 minutos al día. Además, aunque los protectores solares limitan la producción de vitamina D, los expertos recomiendan usar aquellos que contienen un factor fotoprotector de quince o más si se va a exponer al sol por algo más que unos pocos minutos.

La cantidad de vitamina D que una persona necesita depende de su edad. Por ejemplo, Los expertos recomiendan para los adolescentes a partir de los 14 años y los adultos hasta los 70 años 600 unidades internacionales, mientras que para las personas a partir de lo 71 sugieren 800.

Cuidado con el exceso

La carencia de vitamina D suele tratarse de forma eficaz a través de una complementación nutricional con vitamina D3. No obstante, es necesario que se haga bajo supervisión médica ya que un exceso también puede ser perjudicial. Las concentraciones elevadas de este tipo de sustancia puede causar problemas de salud como insuficiencia renal, arritmias o incluso la muerte.

Los niveles elevados se deben a su consumo en cantidades excesivas a través de suplementos dietéticos. Los expertos indican que nunca se recibirá demasiada vitamina D ya que la piel limita la cantidad de esta vitamina.

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