Los sanitarios están expuestos a determinados riesgos debido a la profesión que ejercen. Uno de ellos es sufrir una agresión por parte de un paciente o de un familiar del enfermo. En 2021, se registraron 10.170 sucesos en España respecto a las 8.532 que se notificaron el año anterior, lo que supone un incremento del 16,11%, según datos del Informe de Agresiones a Profesionales del Sistema Nacional de Salud, llevado a cabo por el Ministerio de Sanidad.
Casi ocho de cada diez ataques fueron dirigidas al sexo femenino. En el 77% de los casos la persona agredida era una mujer, frente al 23% cometidas hacia hombres. Esto se debe, en parte, a una mayor feminización del sector sanitario, especialmente en consulta. Por otro lado, la mayoría se produjeron a profesionales de mediana edad, es decir, entre 35 y 55 años (52% del total); un 25% a los menores de 35 años y un 23% a los mayores de 55.
En cuanto al nivel asistencial, en Atención Primaria y extrahospitalaria se notificaron 32,27 ataques por cada 1.000 profesionales, mientras que en atención hospitalaria se comunicaron 8,37. Gracias a los datos, se observa que la tasa de agresiones es 3,85 veces mayor en ambulatorios que en hospitales. Además, el 92% de los ataques se cometen en horario laboral, según el ministerio.
Si se analiza por categoría profesional, el personal facultativo, es decir, los médicos son los más afectados con un 23,34%. Le siguen los enfermeros con un 14,64%, los celadores con 12,78% y los auxiliares de enfermería (TCAE) con un 12,52%. Además, alrededor del 19% de los casos las sufrieron los administrativos que son quiénes normalmente reciben a los pacientes tras entrar por la puerta del centro sanitario.
Por otro lado, el informe detalla que las agresiones notificadas tuvieron lugar mayoritariamente en consulta (40%), seguidas de los puntos de admisión (21,30%), la hospitalización (16,54%) y los servicios de urgencias (10,20%). Únicamente el 3%, que supone 310 notificaciones, fueron cometidas en el domicilio del paciente o en la vía pública.
A la hora de analizar de la persona agresora, en la mayoría de las veces, es decir, el 74% fueron cometidas por el propio usuario o pacientes, y el 26% por un familiar o allegado. También destaca que el 59% de los que cometen la acción fueron hombres y el 41% mujeres. El 19% de todas las personas que agredieron en 2021 fueron reincidentes, es decir, no era la primera vez que llevaban a cabo la acción.
Respecto al tipo de acto agresivo, son mayoritarias las de tipo no físico, en otras palabras, insultos y amenazas; con un 85%. Sin embargo y pese a que las físicas son menos (suponen el 15%), representan 1.483 actos violentos a lo largo del año anterior. Por otra parte, las causas más frecuentes son las relacionadas con la atención percibida por el usuario (35,88%), seguidas de las relacionadas con las demandas del usuario (23,74%) y las ajenas a la organización o la asistencia prestada (20,34%).
Agresiones invisibles
A pesar del alto número de denuncias, los expertos indican que es aún mayor los casos que suceden, pero que no terminan de traducirse en un procedimiento legal. La Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) indica que muchos facultativos no denuncian por miedo o desconocimiento. A día de hoy, solo una de cada diez sanitarios denuncian.
Ante la situación, el Observatorio Contra las Agresiones del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos solicita reforzar las medidas preventivas. Quieren incrementar las medidas de seguridad en los centros y continuar con las campañas de concienciación a la sociedad sobre este tipo de sucesos a sanitarios y sus consecuencias. Además, ven preciso conseguir consideración jurídica para esta clase de delito en los ámbitos concertados y privados. También ven necesario seguir potenciando los acuerdos y la comunicación con las administraciones sanitarias, las Fiscalías y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para su abordaje integral.
Por otro lado, piden la creación de un Plan Nacional contra las Agresiones a Sanitarios en el que participen todos los implicados, es decir, desde el Ministerio de Sanidad, Ministerio de Justicia, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hasta las Comunidades Autónomas, Consejos Generales de las profesiones sanitarias y Plataformas de asociaciones a pacientes. Además, recuerdan que los sanitarios "no somos ni héroes ni villanos, solamente profesionales al servicio de los ciudadanos".