Una colaboración público-privada entre ABAC Therapeutics y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) busca nuevas moléculas para luchar contra las bacterias resistentes a los antibióticos a través del desarrollo de herramientas informáticas orientadas a descubrir antibióticos de actividad específica o espectro reducido. Estos fármacos estarán disponibles dentro de entre 5 y 7 años y permitirán luchar contra los microorganismos multirresistentes desde un enfoque basado en la medicina de precisión.
Desde ambas entidades están trabajando en el desarrollo de métodos matemáticos para procesar los resultados obtenidos tras la evaluación de cientos de miles de compuestos ensayados en diferentes experimentos in vitro. Esta plataforma permite priorizar compuestos con un conjunto adecuado de propiedades, incluyendo actividad antimicrobiana y ausencia de toxicidad en líneas celulares y embriones de pez cebra. Los antibióticos con actividad selectiva serán respetuosos con la flora bacteriana humana y la biodiversidad microbiológica de los sistemas naturales.
"Las nuevas tecnologías permiten la evaluación de cientos de miles de compuestos y la generación de cantidades ingentes de datos. En ABAC acabamos de ensayar una colección de 140.000 compuestos frente a 20 especies de bacteria y hongos patógenos, lo que supone una matriz de 2.8 millones de resultados. Para analizar y extraer conclusiones de este enorme paquete de datos es imprescindible disponer de métodos informáticos y algoritmos capaces de procesar este volumen de información", señala Domingo Gargallo-Viola, CEO y co-fundador de ABAC Therapeutics.
El mal uso de los antibióticos incide negativamente sobre la salud humana. La resistencia de las bacterias a los agentes antimicrobianos está considerada como una de las mayores amenazas para la salud y el desarrollo económico mundiales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las bacterias multirresistentes causan 33.000 muertes al año en Europa y se estima que, en 2050, serán la principal causa de mortalidad en el mundo, ocasionando más de 10 millones de vidas anuales.
Muchas infecciones, como la neumonía o la tuberculosis, son cada vez más difíciles de tratar debido a la capacidad de las mutaciones de bacterias como consecuencia del uso indiscriminado de antibióticos. No completar correctamente un tratamiento genera resistencias. Este problema se produce porque las bacterias son capaces de defenderse de los antibióticos por el mal uso o abuso de los mismos y, por lo tanto, dejan de ser sensibles a estos medicamentos. Esto ocasiona un gasto sanitario elevado (1.500 millones anuales en Europa) y un aumento de la mortalidad.
Domingo Gargallo cree que la eficacia de los antibióticos para mejorar la supervivencia y el progreso de la sociedad se está agotando. "Sin nuevos antibióticos capaces de hacer frente a la amenaza que suponen las bacterias multirresistentes, muchos de los avances logrados por la medicina en este último siglo dejarán de ser efectivos, lo que nos hará retroceder en el tiempo hasta épocas previas al descubrimiento de la penicilina. En un futuro no muy lejano, cualquier infección leve podría llegar a causarnos la muerte, por eso es tan importante este cambio de rumbo en la investigación", concluye.