Salud

Fundación Mutua Madrileña se vuelca con la investigación

Ignacio Garralda, presidente de la Fundación Mutua Madrileña, entrega una de las ayudas a la investigación en salud a la doctora Rosa del Campo, del Instituto Ramón y Cajal de Madrid. eE

La Fundación Mutua Madrileña cumple 15 años bajo el lema Nuestra forma de ser, y lo hace demostrando cada año su compromiso con la sociedad. Puesta en marcha en 2003 con el objetivo principal de apoyar la investigación médica en España, la Fundación amplía en 2009 sus ámbitos de actuación a la acción social, la difusión de la cultura y la promoción de la seguridad vial entre los jóvenes.

Presidida por Ignacio Garralda, que es también presidente del Grupo Mutua, el trabajo de la Fundación Mutua Madrileña en sus cuatro ámbitos de actuación se materializa en diferentes iniciativas que, de una forma sostenida en el tiempo, buscan poner en marcha o apoyar proyectos con el fin de lograr el mayor beneficio.

En estos 15 años, el apoyo de la fundación a la investigación científica en materia de salud ha impulsado cerca de 1.400 proyectos en España que han dado lugar a más de 3.000 publicaciones especializadas. Un apoyo continuado que ha superado los 60 millones de euros y ha contribuido al mantenimiento de la actividad investigadora en nuestro país, incluso durante los peores años de la pasada crisis.

Apoyo sostenido

Este apoyo sostenido a la investigación científica en España es uno de los principales ejes de la fundación, haciéndose realidad en la Convocatoria de Ayudas a la Investigación en materia de salud, que se celebra anualmente y cumple en 2018 su decimoquinta edición. Durante estos 15 años han sido muchos los estudios de investigación clínica que se han iniciado gracias a este impulso, algunos de ellos especialmente relevantes para el progreso científico en nuestro país por su carácter innovador. El Comité Científico de la Fundación Mutua, formado por médicos especialistas de reconocido prestigio y presidido por el Dr. Rafael Matesanz, fundador de la Organización Nacional de Trasplantes, es el encargado de la selección de los proyectos que recibirán las ayudas.

Precisamente en el ámbito de los trasplantes la fundación ha impulsado la búsqueda de nuevas estrategias de mejora en la obtención y utilización de órganos, como la implementación de un programa de donación en asistolia controlada que ofrece la posibilidad de donación a un mayor número de personas. Un proyecto que inició en 2013 el equipo del doctor Alberto Sandiumenge Camps, en Hospital Universitario de Tarragona Juan XXIII.

Dentro de su compromiso social, la lucha contra el cáncer ha sido siempre una constante. En el área de la oncología han apoyado durante este tiempo más de 230 proyectos centrados en diferentes tipos de tumores, así como investigaciones pioneras en el diagnóstico del cáncer de pulmón, la regeneración hepática mediante células madre o los avances en la implantación de la medicina personalizada en la oncología pediátrica.

Accidentes de tráfico

Los estudios de traumatología -sobre todo en relación con lesiones derivadas de accidentes de tráfico- han sido y son una de sus apuestas constantes. Durante los últimos años, la fundación ha propiciado avances en estudios innovadores, como el diseño de recubrimientos biodegradables con propiedades antimicrobianas para prótesis o nuevas estrategias terapéuticas para el traumatismo cerebral. Quizás en este campo, el proyecto más llamativo que ha recibido la ayuda de la Fundación Mutua Madrileña ha sido el desarrollo del primer exoesqueleto infantil, liderado por el doctor Gustavo Lorenzo, del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. Gracias al extraordinario trabajo de su equipo, España ha sido pionera en el desarrollo de esta armadura que permite permanecer de pie a niños con debilidad muscular causada por la atrofia medular espinal.

Nuevos caminos contra las enfermedades raras

La fundación además inició hace cinco años una línea especial de ayudas centrada en las investigaciones en nuevos tratamientos para enfermedades raras que afectan a la infancia. La enfermedad de Lesch-Nyhan, el síndrome de Brugada, el síndrome de Alcohol Fetal o la porfiria aguda intermitente son patologías que afectan a la población infantil y que, debido a su menor incidencia, tienen más limitado el acceso a recursos económicos.

Un ejemplo es la encelopatía de Celia, una enfermedad mortal tan rara que solo hay siete casos descritos en el mundo y en la que trabaja el equipo investigador de David Araujo, en el Centro de Investigación Molecular y Enfermedades Crónias (Cimus) de la Universidad de Santiago de Compostela. Gracias a sus avances han logrado mejorar la calidad de vida de otra pequeña de ocho años, Leticia, ralentizando el proceso involutivo que sufre. Juega con su hermano, va al colegio, come sola y tiene cierto grado de independencia, algo que sería impensable sin los avances de este tipo de investigaciones.

La Fundación Mutua Madrileña también financia el estudio Perseus, el primer estudio en niños con síndrome de Down que intentará mejorar su función cognitiva mediante un preparado dietético que contiene epigalocatequinagalato (EGCG), un compuesto natural del té verde.

Aunque los ensayos clínicos con niños son muy poco comunes, el estudio liderado por el Dr. Rafael de la Torre incluirá 70 niños de seis a 12 años con síndrome de Down y síndrome X-Frágil y se llevará a cabo simultáneamente en cinco centros sanitarios de Madrid, Sevilla, Santander, Barcelona y París.

Colaboración institucional

El compromiso con la salud no se limita a la concesión de ayudas a la investigación. Además de colaborar con prestigiosas instituciones del ámbito científico y médico, como la Fundación ProCNIC, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) o la Fundación Princesa de Asturias, colabora con diversas entidades en campañas de información y concienciación de gran calado social, como la campaña de prevención del Trauma Craneal No Accidental (o síndrome del niño zarandeado) dirigida a padres y cuidadores para alertar sobre los peligros de zarandear un bebé, en colaboración con la Unidad de Neurología y Neuropsicología Infantil del Hospital Universitario 1 de Octubre de Madrid.

Por último, el compromiso con la salud se extiende más allá de nuestras fronteras. Gracias a las becas de cooperación internacional que concede la fundación cada año, jóvenes profesionales de la medicina y enfermería desarrollan una labor asistencial voluntaria en países de desarrollo. El pasado año lograron dotar a dos hospitales de Camerún de nuevo material quirúrgico y formación al profesional sanitario local, coordinar y dirigir un centro hospitalario pediátrico en Kenia y trabajar en la formación y capacitación para el diagnóstico de la tuberculosis en Camerún.

Es "su forma de ser" la que hace de esta fundación una de las entidades más comprometidas con la sociedad. Una preocupación por la mejora social que se extiende a sus cuatro ámbitos de actuación, donde en los últimos años ha intensificado su lucha contra la violencia de género y el acoso escolar.

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