Las toallas, como bien todos sabemos, son productos textiles usados principalmente para absorber la humedad del cuerpo después de ducharse, nadar o realizar otras actividades físicas. También pueden emplearse para limpiar superficies, secar objetos o incluso como parte de decoración.
Las características de las toallas pueden variar según su tamaño, gramaje y tejido. Por lo general, es un mundo no estático, sino más bien todo lo contrario: constantemente se están desarrollando nuevas tecnologías y tendencias, desde toallas antimicrobianas hasta aquellas con propiedades terapéuticas.
En profundidad
Ante este panorama, son muchos los españoles y españolas que se preguntan cuál es la mejor forma de lavar las toallas. Pues bien, lo recomendable es evitar mezclarlas con otros artículos, ya que preserva la calidad y reduce el riesgo de dañar otras telas durante el lavado.
También es importante separar los blancos de los colores, para evitar transferencias de color no deseadas. Con respecto al detergente, es conveniente escoger un producto delicado, pero eficaz, capaz de higienizar sin estropear los tejidos. Algo que parece fácil, pero no lo es.
Más detalles
Y ahora viene lo que debemos tener en cuenta. Lavar las toallas a temperaturas inferiores a los 60 grados es un grave error que puede comprometer nuestra limpieza. a 30 o 40 grados, casi con total seguridad, numerosas bacterias no se eliminan, dejando los tejidos sin higienizar del todo.
Esto se traduce en que puede conllevar malos olores e incluso en la irritación en la piel, en concreto si las toallas se utilizan a diario. Según varios expertos, un programa de lavado a 60 grados garantiza una limpieza profunda, eliminando bacterias y residuos.