
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha anunciado esta semana una medida que "suprime de facto todos los colorantes alimentarios derivados del petróleo en Estados Unidos", según ha declarado el propio presidente de la institución, Marty Makary, en rueda de prensa, junto secretario de Salud, Robert Kennedy Jr.
En profundidad
Respaldada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés), la medida tiene como objetivo eliminar el consumo de ocho colorantes sintéticos provenientes del petróleo y usados habitualmente en todo tipo de alimentos. Será de los pocos países en desarrollo en una situación similar, según los expertos.
Sí, más concretamente los ultra procesados como cereales, caramelos, chicles, chocolatinas, helados y refrescos que son de consumo común en los más pequeños de la casa. Las empresas, por ejemplo, suelen emplearlos para dar tonos brillantes a bebidas y productos. Y así, claro está, hacerlos más atractivos.
"Es un paso importante"
Pese a que los colorantes que representan un riesgo para la salud humana se desconocen y en qué nivel afectan todavía no está claro, la realidad es que algunas investigaciones sí que han evidenciado que algunos pueden pasar a través del cuerpo rápidamente, pero otros se acumulan con el paso del tiempo. Incluso dando lugar, por desgracia, a enfermedades como la diabetes, el cáncer y la hiperactividad.
"Durante los últimos 50 años, los niños estadounidenses han vivido cada vez más en una sopa tóxica de sustancias químicas artificiales. Sacar los colorantes alimentarios a base de petróleo del suministro de alimentos no es una solución mágica que de inmediato hará que los niños de Estados Unidos sean saludables, pero es un paso importante", ha revelado Kennedy JR.
Esta decisión, además, parece contar con el respaldo definitivo de la Administración Trump, que pese a su no esconder su simpatía por la industria del petróleo, no ha dudado a la hora de tomar esta decisión que puede reducir la demanda del llamado 'oro negro'. No obstante, cabe destacar que la demanda de petróleo para colorantes y aditivos supone una porción relevante para una industria que produce (solo en EEUU) 13,4 millones de barriles de crudo cada día.
EEUU es el mayor productor de petróleo del mundo por mucha diferencia y Donald Trump quiere seguir impulsando esta industria que se ha convertido en uno de sus grandes apoyos económicos (financiar campañas) y moral. No obstante, la industria del crudo americana vive en gran medida de su producción para el transporte (gasolina, diésel, queroseno...) que supone alrededor del 70% de la demanda. Otra buena parte del consumo de crudo se destina para la fabricación de asfaltos y ceras industriales, y también para la producción de fertilizante, por ejemplo. Por ello, esta medida no debería tener un impacto notable en la industria del petróleo y se podría ir ampliando de forma progresiva sin generar ruido o polémica entre los magnates del crudo.
Plan de acción
Al parecer, se irán eliminando progresivamente hasta finales de 2026 y serán sustituidos por otros de origen animal. Por muy difícil que pueda parecer, las autoridades gubernamentales prevén contar con el apoyo de la industria agroalimentaria del país.
De hecho el plan, que ha generado cierta polémica en las redes sociales, cuenta con cuatro objetivos prioritarios:
- Colaborar junto a la industria alimentaria nacional para eliminar los colorantes sintéticos rojo cítrico No.2 y naranja B en los próximos meses.
- Acabar con el resto de aditivos derivados del petróleo antes de finales de 2026: colorante verde No.3, rojo No.40, amarillo No.5 y 6 y azul No.1 y 2.
- Fijar una norma nacional y un calendario para que la industria alimentaria sustituya los colorantes derivados del petróleo por alternativas naturales.
- Pedir a las empresas que eliminen el ya prohibido rojo No.3 de todos sus productos antes del plazo de 2027-2028.
Por el momento, la administración estadounidense ha prometido autorizar a corto plazo cuatro nuevos colorantes naturales y acelerar los procesos de aprobación de algunos otros.