Todos conocemos a alguien cuya habitación es una dulce introducción al caos, como diría Extremoduro. Y no es para menos. Por lo general, suele tener ropa acumulada en la silla, papeles rotos por el escritorio, restos de la merienda del día anterior y, por supuesto, algo que nunca falla: la cama sin hacer.
Ante el ritmo frenético de la vida cotidiana, son muchos los españoles y españolas que culpabilizan de esto a la pereza o la falta de tiempo. Eso sí, esta acción última aparentemente usual desvela aspectos de la personalidad, los hábitos y hasta la historia personal del individuo en cuestión.
Lista completa
Según la opinión de numerosos psicólogos e investigaciones recientes, el significado de dejar la cama sin hacer para más tarde dormir en ella esconde algunas interpretaciones sorprendentes:
- Rebelión contra las normas. Es una señal de desafío hacia las normas sociales o familiares. Puede ser desde una forma de expresar inconformidad hasta resistirse a las expectativas de disciplina impuestas desde pequeños.
- Deseo de postergación. Es una pequeña forma de procrastinación. Puede reflejar un patrón en el que las tareas fáciles se van aplazando, sin importar el ámbito.
- Sentimiento de control. En ciertas ocasiones, puede ser una forma de afirmar el control sobre el propio entorno.
- Expresión de la personalidad. La manera en que cuidamos nuestro espacio personal, incluyendo la cama, puede ser una expresión de nuestra personalidad y nuestros valores.
- Falta de rutina. Puede ser un reflejo de una rutina más relajada o de una falta de estructura en general.
A tener en cuenta
Pero esto no es todo. Por si fuera poco, también puede expresar una conexión con la infancia (puede evocar sentimientos de seguridad y comodidad vinculados con la infancia), necesidad de tiempo personal (puede interpretarse como una forma de cuidarnos a nosotros mismos) y falta de importancia (puede reflejar que no sea nuestra prioridad).
Con todo ello, conviene señalar que no hay una interpretación correcta y que las demás no lo sean. De hecho, es justamente lo contrario, ya que cada persona es diferente y las razones por las que la sociedad de nuestro país deja la cama sin hacer pueden variar considerablemente.