
Las palabras, como bien todos sabemos, suelen pasar desapercibidas en numerosas ocasiones cuando las usamos. Ahora bien, otras podrían dejar huellas marcadas para toda la vida. Por eso, es importante medir todo aquello que sale por nuestra boca y, sobre todo, pensar antes de reproducir cualquier tipo de comentario o juicio de valor.
Caso real
Y sobre todo, en el caso de los niños. Por ejemplo, hay veces que alguien le dice insistentemente a un pequeño -también es válido para los adultos- que no vale para nada. Por lo general, la acusación puede ser injusta y exagerada. No obstante, si la repiten mucho, la mente podría jugarle una mala pasada, almacenando esa información junto a otros sentimientos.
Sí, hablamos de cólera, resignación o depresión. Con el paso del tiempo, la persona en cuestión podría incluso empezar a creer que en realidad no vale para nada y sentirse incapaz de realizar algo bien. Un extenso círculo vicioso que terminaría convirtiendo la acusación inicial en realidad, aunque no fuera verdad.
A tener en cuenta
Ante este panorama, muchos padres y madres de España se preguntan cuáles son las cuatro palabras que más dañan toda la autoestima de los niños y pueden poner en peligro su éxito. Pues bien, estas son:
- Estoy decepcionado de ti. A pesar de que los adultos la usan con la intención de corregir errores o motivar cambios positivos, su impacto suele ser el opuesto al esperado.
Recomendaciones
Según ha revelado Adam Galinsky, profesor de la Escuela de Negocios de Columbia, en su libro 'Inspire: The Universal Path for Leading Yourself and Others', la alternativa más viable a esta frase sería: "¿Cómo podemos trabajar juntos para que cumplas con esta tarea la próxima vez".
Este planteamiento, cabe destacar, no solo evita los sentimientos de vergüenza, sino que también promueve las habilidades prácticas como el pensamiento crítico, la organización y la capacidad de resolución de todos los problemas.