
A punto de cumplirse una semana de la DANA que ha arrasado varios pueblos de Valencia, Andalucía y Castilla-La Mancha, la situación sigue siendo insostenible. Y es que la cifra de muertos no deja de aumentar (más de 200 por el momento), continúan las tareas de búsqueda de los desaparecidos y la limpieza es una constante en todas las zonas afectadas.
En profundidad
Con todo ello, claro está, los efectos en la salud mental ya están empezando a notarse. "Las noticias catastróficas que estamos recibiendo generan un nivel de estrés muy alto y ahora mismo el apoyo psicológico se debe enfocar a poder orientar a los afectados con toda la información posible", ha señalado Gema del Pozo a 'EFE'.
Miembro del grupo de Urgencias, Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, ha reflejado que lo más importante actualmente es "reducir el nivel de incertidumbre de los afectados". ¿Cómo? Pues bien, sabiendo los teléfonos a los que puedan llamar, los recursos a los que pueden acudir...
El futuro, incierto y peligroso
Con su explicación al citado medio, se entiende mejor: "Si yo he perdido a mi madre y no la encuentro por mucho que venga alguien para decirme que 'tranquila, todo va a salir bien' no va a provocar que esa incertidumbre y el estado de estrés disminuya".
A su juicio, este desastre natural ha sucedido "de golpe" y el cerebro no puede procesar lo ocurrido. De hecho, los primeros indicadores psicológicos vendrán dentro de unos días, cuando el nivel de estrés disminuya y vean toda la realidad de la situación.
Mientras tanto, es normal que todos los afectados tengan mucha ansiedad y necesiten hablar, expresarse leer o escuchar sobre otros temas que no sean lo que está pasando. Aunque sea difícil. Con respecto a los voluntarios, lo más recomendable es centrarse en todo lo que esté en sus manos y no tener la sensación de que no están haciendo lo suficiente.