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La OCU pide que nos preparemos para lo que se viene con los garbanzos porque no se salva ninguna zona de España: "A partir de..."

Los garbanzos se han puesto de moda durante el periodo veraniego. Fuente: Canva.

Los garbanzos ocupan una parte importante de la dieta mediterránea, reconocida internacionalmente por expertos debido a sus beneficios para la salud y su riqueza nutricional. Y es que es ideal para incluir en nuestra alimentación, además de ser un alimento muy versátil en la cocina española.

En profundidad

Como bien todos sabemos, es un producto que contiene potasio, fibra, vitamina C, vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6), ácido fólico y vitamina E. Todo ello, ayuda a la salud del corazón tanto a corto como a largo plazo, debido a que reduce la cantidad de colesterol en la sangre, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Ahora bien, una de sus principales aportaciones es que son fuente de proteínas. Es decir, su incorporación como base de cualquier plato asegura una buena cantidad de las mismas. Por si fuera poco, tienen un alto contenido en fibra, siendo muy claves para un sistema digestivo saludable.

Más detalles

Pese a todo ello, hay individuos que renuncian a ellos debido a la sensación de molestias, sobre todo gases. Y esto se debe a numerosos aspectos que debemos tener en cuenta -y a menudo pasan desapercibidos- tanto a corto como a largo plazo, según revela la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en su página web.

Por norma general, los garbanzos son seguros cuando se cocinan adecuadamente. Eso sí, pueden contener antinutrientes, compuestos naturales presentes en numerosos alimentos, en especial aquellos de origen vegetal. Aunque no son peligrosos en cantidades moderadas, la realidad es que pueden interferir en la absorción de nutrientes esenciales.

Aspectos destacados

Y no solo eso: también pueden dificultar la digestión. A partir de la información de esta organización, las legumbres, como los garbanzos, "se deben tomar siempre cocidas y no crudas", pese a que se recolecten frescas. De tomarlo como la alternativa segunda, o mal cocidos, sí que podría interferir con la absorción de nutrientes vitales y causar molestias digestivas.

En el caso particular de los garbanzos, los antinutrientes más habituales incluyen los inhibidores de proteasas, el ácido fítico y los glicósidos. El primero de ellos bloque toda la acción de las enzimas digestivas, lo que complica la descomposición de las proteínas durante la digestión.

El segundo de ellos puede juntarse a minerales como el hierro, el zinc y el calcio, reduciendo considerablemente su absorción en el cuerpo y provocando problemas nutricionales a las personas en el futuro. Por último, el glicósido, es probable que sea responsable de una condición genética poco conocida, pero llamada fabismo.

A tener en cuenta

Por suerte, cabe destacar que un gran porcentaje de los antinutrientes presentes en los garbanzos se pueden eliminar o reducir con un buen proceso de cocción. Entre los pasos más importantes, hay que señalar el remojo, cocinarlos a muy altas temperaturas, la germinación y la fermentación.

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