
Los arándanos son frutos muy consumidos alrededor del planeta. Y no solo por su dulce sabor -que también-, sino por los numerosos beneficios que aportan a la salud del ser humano. Aunque la época ideal para consumirlos es a partir de junio, podemos encontrarlo prácticamente todo el año.
Principalmente, se encuentran en Europa y el norte de la Península Ibérica. Como bien sabemos, pueden ser consumidos en su forma fresca o deshidratada, siendo recomendado ingerir de una a dos cucharada al día. Y lo mejor es que pueden ser consumidos solos o agregados a yogures, jugos o batidos.
Propiedades
Entre las propiedades más destacadas de los arándanos, conviene señalar las siguientes, según varias investigaciones:
- Ayudan a reducir el daño del ADN. Sus antioxidantes reducen el daño oxidativo del ADN al neutralizar la actividad de los radicales libres.
- Tienen potencial antitumoral. Son conocidos como 'alimentos anticancerígenos'. Eso sí, es necesario aclarar que no son un tratamiento para esta enfermedad y, por sí solos, tampoco la previenen.
- Ayudan a regular los niveles de colesterol. Pueden ayudar a mejorar el perfil lipídico en la sangre.
- Bajan la presión arterial. Contienen antocianinas, que son pigmentos antioxidantes que mejoran la función de los vasos sanguíneos.
- Regulan el azúcar en sangre. Esto se debe a su contenido de fibra, antioxidantes y vitamina C.
- Protegen el cerebro y ayudan a mejorar la memoria. Sus antioxidantes aportan aspectos positivos para la función cerebral, la actividad del sistema nervioso y la memoria.
- Contribuyen al cuidado de la salud ósea. Por su aporte de polifenoles, se cree que ayudan a estimular la formación de células óseas.
A tener en cuenta
Ante este panorama, son muchos los españoles y españolas que se preguntan cuál es la mejor manera de limpiar esta fruta para eliminar pesticidas y prevenir el moho. Y es que un grupo de científicos, en algunas declaraciones recogidas por 'Martha Stewart', ha revelado que el agua no es suficiente.
A su juicio, productos básicos del hogar como el vinagre blanco o el bicarbonato de sodio pueden ser la gran solución. De hecho, la ciencia los respalda. Al parecer, el bajo pH del vinagre lo hace bastante efectivo para disolver ciertos residuos de pesticidas e inhibir el crecimiento bacteriano.
El bicarbonato de sodio, aunque actúa un poco diferente, neutraliza las bacterias a través de su naturaleza alcalina. Ambos, al modificar el pH de la superficie de los arándanos, ayudan a prolonga su vida útil y actúan con mayor eficacia que el agua, que tiene un pH neutro.