Las vitaminas, como bien todos sabemos, son determinantes para que nuestro organismo funcione de manera correcta. Entre otras cosas, son muy necesarias para el crecimiento, el desarrollo y el funcionamiento normal de las células, órganos y sistemas del cuerpo. Es decir, no se puede sobrevivir sin vitaminas.
La mejor forma de obtener suficientes vitaminas es mantener una dieta equilibrada con alimentos variados. O lo que es lo mismo, cuanto más color tengan nuestros platos, el aporte de vitaminas será mayor. Si bien es cierto, también, que algunos españoles recurren a suplementos.
En profundidad
De todas ellas, cabe destacar la tiamina, conocida como vitamina B1. Es vital para el funcionamiento normal del corazón, el órgano más importante del cuerpo humano debido a su función vital de bombear sangre oxigenada a través de todo -pero todo- el organismo, entregando nutrientes y oxígeno esenciales para el funcionamiento de todos los órganos y tejidos.
Por si esto fuera poco, es necesaria para que los músculos y el sistema nervioso funcionen de manera adecuada tanto a corto como a largo plazo. Y, por último, interviene de manera directa en el metabolismo del piruvato, una molécula clave en diferentes reacciones químicas del organismo.
Más detalles
Como bien todos sabemos, se encuentra en carnes magras de cerdo y res, así como en pescados como el atún y el salmón. De igual forma, está presente en legumbres como las lentejas y los guisantes, y en granos enteros como el arroz integral, los panes integrales y la avena.
Otros productos que la contienen en la actualidad son las almendras, las nueces, las semillas de vegetal y vegetales como los espárragos, las espinacas y las coles de Bruselas. Además, numerosos cereales y alimentos de panadería se encuentran fortificados con tiamina para garantizar un buen consumo en la sociedad.
A tener en cuenta
La ingesta recomendada por los especialistas de tiamina a diario es la siguiente. Para niños de 1 a 3 años 0,5 mgc; niños de 4 a 8 años: 0,6 mcg; de los 8 a los 13 años: 0,9 mcg; de 14 a 18 años 1,21 mcg; mayores de 18 años 1,52 mcg y embarazadas y lactantes: 1,4 mcg.
Cabe destacar que la deficiencia de este tipo de vitamina está relacionada con patologías poco conocidas en países más desarrollados, como el beriberi, trastornos neuropsicóticos e insuficiencia cardíaca. También provoca varias anomalías en el metabolismo y puede producir diarrea, pérdida de peso...