La cerveza y el vino, como bien todos sabemos, son bebidas alcohólicas populares que se elaboran mediante fermentación. A pesar de que comparten características, también presentan bastantes diferencias en sus ingredientes y procesos de elaboración.
La más reseñable, probablemente, es que el vino emplea uva procesada y la cerveza, por su parte, utiliza lúpulo y cebada o trigo. También el procedimiento de fermentación es muy distinto: mientras que la cerveza solo necesitará dos semanas, para el vino son necesarios, al menos, seis meses.
En profundidad
Además, para su almacenamiento, para la primera normalmente se emplearán los toneles de metal o las botellas de cristal, mientras que para el segundo se utilizarán barriles de madera. Con respecto a cómo afecta a las personas, hay un ganador muy claro: el vino.
De hecho, una copa de este caldo contiene un 50% menos de calorías que medio litro de cerveza. Por si fuera poco, el vino es beneficioso para la salud -en su justa medida, claro -, ya que posee polifenoles, que tienen propiedades antiinflamatorias.
Más detalles
La cerveza también las contiene, pero en cantidades mucho más pequeñas. Ante este panorama, son muchas los españoles y españolas que se preguntan hasta qué edad es recomendable tomar este tipo de bebidas para no dañar la memoria ni lo más mínimo.
Pues bien, el neurólogo Dr. Richard Restak, en su obra Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind ha desvelado la respuesta. Según lo que ha investigado, el alcohol no discrimina entre las funciones cerebrales y, con el paso de los años, puede propiciar un deterioro cognitivo considerable.
A tener en cuenta
Este consumo, en los casos más graves, puede derivar en condiciones a corto plazo como la demencia. De ahí que el doctor haya aconsejado limitar el consumo de alcohol, o preferiblemente eliminarlo por completo, en especial a partir de los 65 años.