El chorizo y la morcilla, como bien todos sabemos, son ingredientes típicos de las barbacoas y combinan a la perfección con otra serie de alimentos como la panceta, el secreto de cerdo o las chuletas. Por lo general, aportan un sabor diferente y único que es ideal para disfrutar de un rato con familiares o amigos.
"Las carnes rojas, o aquellas preparaciones que tienen sangre como un ingrediente, como es el caso de las morcillas y los chorizos, son las que más hierro aportan", ha señalado de manera contundente el dietista y nutricionista Luis A. Zamora en 'El método Z para comer bien'.
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Ahora bien, a su juicio, por la cantidad y el tipo de grasa que contienen -así como por ser carnes procesadas en el caso de la morcilla y el chorizo- no son alimentos que se puedan consumir de de manera frecuente. Ni siquiera "deben tener presencia semanal en nuestra alimentación".
A diferencia de las frutas o verduras, que varios expertos aconsejan un mínimo a la semana, la carne se mide por el máximo. Y es que no existe un mínimo que haya que consumir, sino más bien un máximo, especialmente con las carnes procesadas y rojas.
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Sí, que son aquellas que por su exceso y consumo de modo habitual, al menos en los hogares de millones de españoles y españolas, queda cada vez más demostrada su relación con diferentes enfermedades. Y, por supuesto, de diversa gravedad.
Ante este panorama, el especialista ha hecho hincapié en conceder el espacio justo a este tipo de alimentos, reduciendo a 1-2 raciones de carne roja y/o procesadas al mes, y recomendando el consumo del resto de carnes blancas (pollo, conejo, pavo) entre 3 y 4 veces a la semana como mucho.