
Los patrones dietéticos saludables que, frecuentemente, fomentan las pautas pueden contener una variedad de ingesta de proteínas animales y vegetales. No obstante, no se conoce todavía la proporción óptima en la dieta para la prevención de todas las enfermedades cardiovasculares.
De ahí que, para hallar la proporción ideal, expertos de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Massachussets (Estados Unidos), hayan hecho un seguimiento exhaustivo a casi 203.000 hombres y mujeres durante tres décadas. O lo que es lo mismo: 30 años.
En profundidad
Entre otras cosas, los investigadores han calculado la ingesta total de proteínas de cada participante, medida en gramos por día, así como su ingesta específica de proteínas animales y vegetales a lo largo de la investigación.
Aunque las pautas alimentarias mundiales recomiendan una mayor ingesta de proteínas vegetales, la proporción ideal entre proteínas vegetales y animales continúa siendo desconocida, y este era el objetivo del estudio. Pese a que no fue resuelto, sí han descubierto datos interesantes que inclinan la balanza a favor de la proteína vegetal.
Más detalles
Lo primero que han confirmado es que consumir una dieta con una proporción más alta de proteínas de origen vegetal que de origen animal reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) y enfermedades coronarias. Además, es muy probable que estas reducciones de riesgo se deban a la sustitución de carnes rojas y procesadas por proteínas vegetales.
Por si fuera poco, los especialistas también han observado en el estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition que una combinación de consumir más proteínas vegetales y una mayor ingesta de proteínas en general proporcionaba los mayores beneficios para la salud cardíaca.
"Los hallazgos sugieren que una proporción de al menos 1:2 es más eficaz para prevenir la enfermedad cardiovascular. Para la prevención de la enfermedad coronaria, una proporción de 1:1, 3 o superior debería provenir de plantas", ha asegurado la autora principal Andrea Glenn, científica en el Departamento de Nutrición y Estudios Alimentarios de la Universidad de Nueva York.
Conclusiones
En comparación con los participantes que han consumido la proporción más baja de proteína vegetal a animal (1:4.2), los participantes que han consumido la proporción más alta (1:1.3) tuvieron un 19% menos de riesgo cardiovascular y un 27% menos de riesgo de cardiopatía coronaria.
Estas reducciones de riesgo han sido todavía mayores entre los participantes que han comido más proteína en general. Aquellos que han consumido la mayor cantidad de proteína (21% de la energía proveniente de la proteína) y se han adherido a una proporción más alta de proteína vegetal a animal han visto un 28% menos de riesgo de ECV y un 36% menos de riesgo de CHD, con respecto a aquellos que han consumido la menor cantidad de proteína (16% de la energía).
Cabe destacar que no se han encontrado asociaciones significativas para el riesgo de ictus y la proporción; sin embargo, reemplazar la carne roja y procesada en la dieta con varias fuentes vegetales, como nueces, ha mostrado un menor riesgo de accidente cerebrovascular.