
La llegada del otoño y la bajada de las temperaturas provocan que nos apetezca tomar platos calientes que se evitaban en verano. Los caldos son uno de los platos más nutritivos y ricos que podemos comer. Estos pueden estar conformados por diversos alimentos como carne, verduras o pescado, siendo muy versátiles.
Comer pescado es fundamental para la salud, recomendándose ingerir entre tres y cuatro veces por semana. A veces no resulta atractivo tomarlo pero una buena forma de incorporarlo a la dieta es añadirlo a los caldos para enriquecerlos.
El pescado contiene vitamina A, D y B y su consumo cumple una función antiinflamatoria y antioxidante en el organismo. Su consumo fomenta un menor riesgo de formación de placas de ateroma que son culpables del desarrollo de aterosclerosis y de accidentes cerebrovasculares. Aporta calcio, selenio, proteínas, vitamina D y hierro que favorece la salud ósea y el sistema articular.
Para preparar el caldo de pescado que aporte más colágeno, omega-3 y antioxidantes se le puede añadir patata y jengibre. La primera aporta vitamina C y potasio y gracias a su almidón, el caldo se espesa. Mientras que el jengibre es antioxidante y antiinflamatoria con vitaminas, ácido fólico, magnesio, hierro y zinc. Los ingredientes serían: espinas de pescado, patata, jengibre, laurel, perejil, agua y pimienta negra.