
Las compañías farmacéuticas adheridas al Código de Buenas Prácticas de la patronal Farmaindustria destinaron 657 millones de euros a la formación e investigación de los profesionales y asociaciones del sector en 2024. Esta cantidad es un 15% superior a lo desembolsado el año pasado, 567 millones de euros.
Del total invertido por los laboratorios el año pasado, 415 millones de euros retribuyeron la participación en actividades de investigación y desarrollo de organizaciones y profesionales sanitarios y 242 millones de euros sufragó actividades de formación continuada, como la asistencia a congresos y reuniones científicas.
Esta partida de gasto de los laboratorios se ha vuelto a situar en niveles similares a los ejercicios anteriores a la pandemia, según informó ayer Farmaindustria.
Sistema de autorregulación
La comunicación de estas partidas de gasto es un compromiso de transparencia asumido por los laboratorios que pertenecen a la patronal, además de otras compañías del sector que se han sumado a este Código de Buenas Prácticas de forma voluntaria, y que obliga a hacer público estos datos .
Los laboratorios destinaron 335 millones de euros a colaborar con organizaciones y profesionales sanitarios por su participación en actividades de I+D de nuevos tratamientos, en especial a los ensayos clínicos, lo que supone un récord de inversión en este capítulo, 22 millones superior a la cifra de 2022.
Entre los datos recopilados por la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria, figura una partida de 92,5 millones de euros para servicios profesionales y 35 millones de euros en donaciones, que solo pueden recibir organizaciones sanitarias.
Asimismo, sufragan los gastos de la formación continuada a los profesionales, donde el apoyo es tanto colectivo, con la colaboración con sociedades científicas, como individual, con ayudas para que puedan acudir a foros científicos y congresos.
España es el único país de Europa que publica el cien por cien de estas transferencias de forma individualizada. En 2025 se cumplen 10 años de la publicación de estos datos, cuyo origen está en la iniciativa de transparencia de este sector en Europa y que fue incorporada al Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica en España en 2014.