El verano es una de las épocas del año más ansiadas para la mayoría de personas, ya que es momento de buen tiempo, descanso y de llevar prendas de ropa mucho más ligeras. A pesar de que presenta gran cantidad de aspectos positivos, la realidad es que conlleva algunos inconvenientes como las temidas rozaduras en los pies.
La aparición de ampollas o rozaduras en los pies puede deberse a varios factores, como el roce o la fricción continua tras caminar largos recorridos o al estrenar nuevo calzado; por reacciones alérgicas, por sudor o, incluso, por quemaduras solares en esta zona del cuerpo. Los calzados que no requieren del uso de calcetines como sandalias o chanclas son los más propicios a este tipo de daños.
Cómo prevenirlas
Aunque en muchas ocasiones este tipo de dolencias son muy difíciles de prevenir, existen algunos remedios que pueden ayudar en gran medida:
- Vaselina o aloe vera. Ambos productos son capaces de crear una película protectora en la piel, que puede retrasar e incluso evitar la aparición de las rozaduras. Lo ideal es que apliques con mayor medida en zonas como el talón, los dedos y los laterales de los pies.
- Polvos de talco. El sudor es uno de los grandes causantes de las rozaduras en los pies, provocando que el pie "baile" dentro del zapato y no quede suficientemente sujeto. Este producto es capaz de absorber la sudoración y evitar este fenómeno.
- Calzado más grande. Con el calor, los pies tienden a hincharse, haciendo que el calzado, aunque sea de nuestra talla, quede demasiado apretado. Por ello, los expertos recomiendan elegir una talla más de la que usas habitualmente.
- Calcetines. Aunque utilizar esta prenda no suele ser lo más apetecible durante los meses de calor, en determinadas actividades como salir a caminar o correr son clave.
Tratamiento
Si a pesar de todos estos remedios, continúan los daños en los pies, puedes emplear tiritas o apósitos para evitar que continúen los daños. Es también muy importante tratar estas heridas de forma adecuada, puesto que de no hacerlo podrían llegar a infectarse. Una buena higiene con agua tibia y jabón, unido a cicatrizantes como la manzanilla, el aceite de tomillo o la crema de caléndula contribuyen a mejorar la salud de tus pies.
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