En las últimas décadas se han dado pasos en el camino por conocer en profundidad la obesidad, una patología que en 2023 –último dato disponible– afectaba a 3,8 millones de españoles, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Los expertos han descrito más de 200 enfermedades que están vinculadas con esta patología. Además, uno de los avances más relevantes ha sido el aterrizaje de una cartera de fármacos innovadores. Sin embargo, estos traen consigo una serie de obstáculos. El principal es su alto precio, por lo que no todos los pacientes pueden permitírselo.
La obesidad se describe como como una enfermedad crónica, heterogénea, compleja y recurrente. Se produce por la alteración en el tejido adiposo en cuanto a su cantidad, su distribución y su funcionalidad. Asimismo, con los años, "ha pasado de considerarse un factor de riesgo de otras patologías, a reconocerla y abordarla como una propia", indica la adjunta del Servicio de Endocrinología y Nutrición y experta en obesidad del Hospital Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares, Madrid), la doctora Clara Tasende.
El procedimiento para tratar la obesidad tiene varios pasos. Primero, hay que llevar a cabo un diagnóstico. Este debe ser precoz con el fin de realizar un abordaje sin retrasos, según Tasende. Se deberán evaluar los factores que influyen en el desarrollo de la obesidad.
Existen variables biológicas que provocan que el mismo entorno produzca sobrepeso en unas personas y en otras no. Y es que, el ambiente modifica el funcionamiento de los genes. También se estima que entre el 40 y 70% de los casos hay un factor genético subyacente que pueda ser el responsable o explicar que, ante un mismo ambiente, unas personas desarrollen esta enfermedades y sin embargo, otras no.
Volviendo al procedimiento, después se deben evaluar las consecuencias clínicas, en otras palabras, si la obesidad ha sido la raíz de otras patologías. Las más comunes son la diabetes, patologías cardíacas –no solo infartos, sino incluso algunos tipos de arritmias–, apnea del sueño y enfermedades hepáticas debido a la grasa del hígado. También puede provocar más de 13 tipos de tumores.
Entonces, el profesional sanitario debe evaluar si el paciente requiere de un tratamiento adicional. Este puede ser de carácter farmacológico o de tipo quirúrgico.
Posteriormente, se pasa a hacer un análisis del estilo de vida del paciente (dieta, actividad física, etcétera). Y es que, la manera de vivir actual afecta al incremento de casos de obesidad. En cuanto a la alimentación, las comidas de hoy en día tienen muchas calorías y sacian menos. Además, el tamaño de las raciones es mayor. "Hay que entender que la obesidad es una enfermedad en la que hay una alteración de la regulación de lo que uno come. Si una persona que la padece tiene más hambre, le cuesta más saciarse", explica la coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la doctora Irene Bretón. También afecta el sedentarismo, el estrés y la falta de sueño, entre otros. "Estamos durmiendo menos horas que las que descansaban nuestros padres o abuelas", afirma Bretón.
Respecto al tratamiento, este debe estar dirigido por un equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios. Es más, al ser una patología que afecta a muchas personas, tanto en el país como a nivel global, la Atención Primaria debe tener un papel relevante junto a los especialistas en nutrición para coordinar los procesos.
El tratamiento farmacológico ayuda a regular el control del gasto de la ingesta energética y disminuye las complicaciones de la obesidad. Es un tratamiento que no solo pretende perder peso, sino mejorar las complicaciones de la obesidad.
La cartera española dispone de fármacos contra esta patología desde hace mucho tiempo. La diferencia es que ahora, los innovadores tienen una eficacia muy superior y un perfil de seguridad mucho más alto. Es más, han conseguido objetivos que antes no se podían ni imaginar.
Los últimos medicamentos en entrar en el mercado –Wegovy de Novo Nordisk y Mounjaro de Lilly– funcionan en alrededor del 90% de los pacientes. No obstante, hay algunos factores, aún por conocer, que provocan que en algunos individuos tengan una mayor eficacia que en otros.
Hoy en día, ninguno de los medicamentos mencionados han recibido el visto bueno todavía para su financiación por el Ministerio de Sanidad. "Tengo la esperanza de que este año se empiecen a financiar por algunos grupos concretos", afirma Irene Bretón.
Por otra parte, existen otras técnicas para tratar la obesidad como la cirugía bariátrica. Se trata de un procedimiento más complejo y que se emplea en personas que tienen un sobrepeso más grave junto con complicaciones más serias. "Consigue prolongar la vida de las personas que la padecen y la remisión de la mayor parte de los efectos", indica la coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN. También se encuentran los procedimientos endoscópicos como los balones intragástricos. Asimismo, estos métodos han pasado a segundo plano tras la incorporación de los innovadores medicamentos.
Sin embargo, "la realidad es que la obesidad está infradiagnosticada e infra tratada", resalta Tasende. Muchas veces los pacientes no consultan por ello y otras veces desde los profesionales sanitarios tampoco se obtiene la respuesta necesaria para su correcto manejo, según cuenta. "Habitualmente llegan a nuestras consultas con un largo recorrido en el que se han sometido a intervenciones terapéuticas en su mayoría sin base científica y en ocasiones contraproducentes", agrega.
La problemática que persigue a la obesidad es que no se considera una enfermedad como todas las demás. "No existen los mismos compromisos hacia los ciudadanos de la necesidad de tratar la enfermedad", afirma la coordinadora de la SEEN. Regiones como Italia o Portugal recientemente han definido la obesidad como una enfermedad que requiere de tratamiento.
Además, hace unos días, la SEEN tuvo una reunión con la ministra de Sanidad, Mónica García. Allí, le propusieron la creación de una estrategia nacional para llevar a cabo un abordaje integral de la obesidad en el Sistema Nacional de Salud. "Es necesario para definir cómo se va a evaluar y tratar a las personas que la padecen. Es importante que se considere una enfermedad que requiere tratamiento y un abordaje clínico", dice Bretón.
Los científicos están investigando los tratamientos contra la obesidad para otras enfermedades. De hecho, Bretón las divide en tres grupos principalmente: patologías inflamatorias –por ejemplo, la psoriasis–, neurodegenerativas (Alzheimer o Parkinson, entre otras) y cardiovasculares como el infarto o el ictus. También se están estudiando para la enfermedad renal crónica. De igual importancia, hay estudios que recogen resultados positivos sobre el uso de estos tratamientos para controlar adicciones al alcohol o el tabaco.
En Estados Unidos, las mujeres están usando estas terapias para quedarse embarazadas. Según Irene Bretón, las personas con ovario poliquístico, causa frecuente que provoca que un sujeto no se pueda quedar encinta o que tenga dificultad para ello, se relaciona con la obesidad y con sus complicaciones. "Se sabe que la fertilidad mejora muchísimo en cuanto una mujer con esta enfermedad pierde algo de peso. De hecho, en las clínicas de fertilidad, perder peso es la primera medida que se toma porque las técnicas de reproducción asistida con obesidad son mucho menos eficaces", explica. Cabe mencionar que estos tratamientos no se deben recibir durante el embarazo, ya que no se sabe cómo pueden afectar.
Por último, España está participando en los ensayos clínicos, según cuentan los expertos. "Estamos formando parte de ellos por nuestra estructura y sistema sanitario", afirma la doctora Bretón.