La llegada del otoño, el cambio de horario que acompaña a la estación y la bajada de las temperaturas no sientan bien a todo el mundo. De hecho, hay muchas personas en la actualidad con falta de ánimo y una gran sensación de cansancio.
Esto es lo que se conoce como astenia otoñal, un trastorno, normalmente con una duración leve y una duración limitada, que básicamente se produce cuando los seres humanos no se adaptan bien al cambio de estación.
Causas
Por norma general, la vuelta a la rutina tras las vacaciones de verano, el cambio de clima y la disminución de horas de luz -que aumentará con el cambio de hora el último fin de semana del mes de octubre- pueden ser algunas de las causas.
A diferencia del agotamiento físico después de una actividad o un esfuerzo considerable, la astenia produce cansancio tras un esfuerzo muy leve o incluso sin haber realizado ninguna tarea previamente. Y eso no es lo peor: se trata de una fatiga que no mejora con el descanso y que tiene afectaciones sobre el estado de ánimo de las personas que la padecen.
Síntomas
Para poder identificar la astenia en alguien, es conveniente fijarse en si tiene estos cinco síntomas estrechamente vinculados al trastorno:
- Apatía.
- Tristeza.
- Alteraciones en el sueño.
- Fatiga o cansancio.
- Dificultades en la concentración.
Son comunes, también, la irritabilidad, los cambios en el apetito -tendencia habitual a una mayor ingesta-, la disminución de la libido y el descenso de las defensas, lo que las hace más vulnerables a los virus y a las infecciones.
Recomendaciones
Ante este panorama, los expertos recomiendan llevar a cabo las siguientes acciones para frenar la astenia otoñal:
- Mantener el contacto con las personas importantes, ya que actuarán como protectores de la salud mental.
- Comer alimentos ricos en triptófano, como huevos, frutos secos...
- Aprovechar la luz solar, si la hay, durante 15-20 minutos al día.
- Realizar ejercicio físico para generar endorfinas.