
Estornudar es un mecanismo de defensa de los seres humanos para eliminar de forma natural ciertos elementos irritantes como gérmenes, polen o polvo. Se trata de una reacción ante determinadas partículas que el organismo rechaza. Es decir, es algo normal.
Según una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el aire de los estornudos puede alcanzar los 70 kilómetros por hora. Acompañado, claro está, de un movimiento brusco de cabeza y una sonoridad que puede hacer querer retenerlo.
Explicación
Y es que cualquier persona, en alguna ocasión, ha presionado las fosas nasales con los dedos para evitar que se produzca una sucesión de estornudos en un lugar repleto de gente. Ahora bien, es bastante perjudicial y puede tener graves consecuencias.
Es más, los especialistas aconsejan que no se corte un estornudo bajo ningún concepto debido a que puede provocar, entre otras cosas, inflamaciones, dolor de oído o de cabeza, hemorragias, roturas vasculares o mareos.
Desde luego, los casos más leves están relacionados con el sangrado a través de la nariz, mientras que los más graves se encuentran vinculados a aneurismas cerebrales y desgarros en el esófago y la laringe.
Recomendaciones
Incluso, hay quienes han sufrido colapsos pulmonares con consecuencias mortales. Se dice pronto. Ante este panorama, es mejor dejar salir los estornudos en lugar de contenerlos, cubriéndose la boca y la nariz con un pañuelo desechable.
Evidentemente, luego es recomendable lavarse las manos a fondo con agua y jabón o usar desinfectante de manos. En caso de no disponer de un pañuelo, lo siguiente más seguro es estornudar en el codo. Si no te queda otro remedio más que contener el estornudo, nunca tapes las fosas nasales con demasiada fuerza.