La resaca es una molestia bastante desagradable que ocurre a las horas de consumir un exceso de alcohol. La explicación que se da a esta sensación de malestar es que el alcohol que se consume se metaboliza en el cuerpo, generando una sustancia intermedia antes de su eliminación llamada acetaldehído. Por lo que la resaca la provoca esta sustancia y no el alcohol en sí.
Esta sustancia afecta a varios órganos y al sistema nervioso central. Es por ello, que las personas que han bebido mucho alcohol y generen luego acetaldehído, puedan tener al día siguiente mareos, dolor de cabeza o estómago, náuseas, vómitos o cansancio.
Tomar paracetamol o ibuprofeno antes o después de los síntomas no evitará la aparición de la resaca ya que esa sustancia se producirá igual en el organismo, lo único que reducirán el dolor de cabeza. Los dos medicamentos tienen un efecto analgésico de reducir el dolor y antipirético de bajar la fiebre.
La gran diferencia es que el paracetamol no es antiinflamatorio mientras que ibuprofeno sí. El alcohol es una sustancia tóxica pero nuestro organismo tiene una molécula (glutatión) que se encarga de neutralizar el reactivo oxidante del alcohol.
Qué es mejor paracetamol o ibuprofeno
La mejor opción para la resaca es tomar ibuprofeno. El problema está en cuando tomamos paracetamol, incorporamos otro metabolito oxidante, por lo que esta molécula no puede neutralizar el efecto oxidante del alcohol y del paracetamol de manera simultánea. Además, el paracetamol es un medicamento hepatotóxico que hace aumentar el trabajo del hígado. Hay que mencionar que el ibuprofeno no ayuda que el alcohol se metabolice antes pero elimina los síntomas provocados por la resaca.
En resumen, el ibuprofeno podría ser más aconsejable contra la resaca por su correcta absorción, el paracetamol exige un trabajo extra al hígado que ya realiza un sobresfuerzo para eliminar las toxinas derivadas del alcohol.