Salud Bienestar

Científicos suecos descubren niveles elevados de una proteína vinculada al alzhéimer en recién nacidos

Fuente: Canva

Un grupo de científicos de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) ha desarrollado una investigación publicada en la revista Brain Communications y ha detectado niveles muy elevados en el cerebro de recién nacidos de la proteína tau (p-tau), uno de los indicativos más reconocibles de la enfermedad de Alzheimer y que se vincula mayoritariamente a las personas de la tercera edad.

Esta proteína influye en el mecanismo normal de las neuronas, aunque puede dar lugar a un mal funcionamiento cuando se da una especie de reacción química excesiva denominada hiperfosforilación. Esto provoca que la tau se agregue con facilidad y forme "ovillos", los cuales junto a placas de beta-amiloide, den lugar al desarrollo de los procesos patológicos típicos del alzhéimer.

Los autores del estudio midieron los niveles de p-tau en el plasma de más de 400 personas, incluyendo recién nacidos y descubrieron que los niveles de esta proteína eran hasta 20 veces más altos en este grupo de edad que en el resto, incluso más que en pacientes con alzhéimer.

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Esto se detectó especialmente en bebés prematuros, que tuvieron que permanecer hospitalizados durante varias semanas, logrando que las concentraciones de p-tau disminuyeran al cabo de unos meses. "La fosforilación de tau desempeña un papel fundamental en el desarrollo: en la construcción y destrucción del cerebro", indicó Fernando González-Ortiz, autor principal del estudio.

Este proceso está involucrado en procesos opuestos: desarrollo del cerebro y deterioro de este, algo que todavía los científicos no comprenden del todo. Una de las hipótesis es que los niveles inusualmente altos de esta proteína permiten que los cerebros de los recién nacidos generen nuevas conexiones sinápticas, imprescindibles para el desarrollo neurológico.

El siguiente objetivo es detectar si estos niveles elevados de p-tau en recién nacidos está correlacionado con el desarrollo de alzhéimer en etapas posteriores. Cabe destacar, que esto se trata únicamente de un biomarcador que requiere de un análisis del contexto clínico para que se determine la presencia de la enfermedad en pacientes.

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