
Dave Paxton. Probablemente sea un nombre desconocido para muchas personas. Ahora bien, ha dado la vuelta al mundo en las últimas semanas. Y no precisamente por algo positivo. De Staffordshire (Reino Unido), fue diagnosticado con, nada más y nada menos, que un cáncer de intestino.
Hechos
Todo comenzó, según 'Daily Mail', cuando el hombre acudió a la farmacia a recoger su medicina para la ansiedad. Después de intercambiar un par de palabras con la trabajadora, ella le hizo una pregunta normal en este tipo de ocasiones. "¿Tiene alguna otra preocupación?".
Una frase que le dio el impulso que necesitaba desde hace tiempo para compartir una inquietud que no le dejaba dormir de manera tranquila por las noches. Y es que Paxton llevaba varios meses observando que el color de sus heces era más oscuro de lo normal.
En profundidad
Ante este panorama, la experta le sugirió visitar a un profesional para hacerse un chequeo y descartar cualquier problema en el sistema digestivo o el tipo de alimentación que mantenía en su vida cotidiana. Así que, sin pensárselo dos veces, pidió cita rápidamente y fue a su médico de cabecera.
Allí, le realizaron numerosos análisis que evidenciaron cáncer de duodeno, una condición bastante rara que suele afectar al intestino delgado. Para saber cómo de avanzada estaba la enfermedad, los especialistas llevaron a cabo una tomografía computarizada al individuo.
Más detalles
Con ella, se dieron cuenta de que padecía de un tumor de células escamosas de grado cuatro que se había extendido a otras partes del cuerpo. Su caso es tan poco habitual que, según los médicos, solo se han registrado 22 casos similares en todo el mundo.
¿Por qué? Está muy claro: la masa que crecía dentro de su organismo se había desarrollado en el revestimiento del intestino delgado. Lo mejor en este tipo de situaciones someterse a quimioterapia y radioterapia para evitar que el tumor continúe su curso y se extienda a otros órganos vitales.
A tener en cuenta
A pesar de que le pilló por sorpresa, el británico ha recomendado prestar atención a estos detalles insignificantes que se esconden en nuestra vida diaria y que pueden marcar toda la diferencia entre un tratamiento a tiempo y un diagnóstico tardío.