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Actuar en 4 minutos puede salvar una vida: estas son las señales y cómo debes responder ante una muerte súbita

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La muerte súbita es la pérdida inesperada y repentina de las funciones del corazón, lo que provoca que la persona colapse, deje de respirar y pierda el conocimiento en cuestión de segundos. Suele deberse a un fallo eléctrico en el corazón que interrumpe su ritmo normal, provocando una arritmia grave llamada fibrilación ventricular. Aunque puede parecer instantánea e irreversible, si se actúa de inmediato la persona puede sobrevivir. Es una de las principales causas de muerte en el mundo y, por su rapidez, a menudo ocurre sin síntomas detectables, incluso en personas aparentemente sanas.

En España, cada año mueren alrededor de 30.000 personas por muerte súbita, lo que equivale a más de 82 fallecimientos diarios, según la Fundación Española del Corazón.

A pesar de la condición de súbita, los cuadros agudos que preceden a esta muerte súbita se pueden revertir en muchos casos si se cuentan con los recursos necesarios y si quienes rodean al paciente saben como actuar a tiempo.

"La muerte súbita es una muerte inesperada, que sorprende porque la víctima no estaba enferma. Si bien hay muchas definiciones, lo más importante para comprender esta condición es saber que es repentina y en personas aparentemente sanas", indicó el cardiólogo Fernando Scazzuso, jefe de Electrofisiología y Arritmias de ICBA, Instituto Cardiovascular Buenos Aires.

El experto remarcó que la muerte súbita y paro cardíaco resucitado no hacen referencia al mismo concepto, ya que en el segundo caso la víctima es asistida con resucitación cardiopulmonar y restituye el ritmo cardíaco. "Sería deseable desde un punto de vista sanitarista que no haya nunca más una muerte súbita a pesar de que sigamos observando casos de paros cardíacos. Es decir, nuestra utopía debiera ser: poder recuperar todos los paros cardíacos e impedir que degeneren en muerte súbita".

Diversos estudios clínicos han apuntado que, dependiendo del caso de muerte súbita, hay muchos que presentan síntomas sutiles en las 24 horas previas: "la presencia de dolor de pecho, la falta de aire repentina y/o la pérdida del conocimiento deben motivar la consulta con el médico para descartar o confirmar la gravedad del cuadro", afirmó Scazzuso.

La muerte súbita tiene dos mecánicas: se genera por la falta de oxígeno a nivel del músculo cardíaco o por una inestabilidad eléctrica del corazón. En el primer caso, el miocardio deja de funcionar de manera coordinada y genera una arritmia que en segundos provoca que el corazón se detenga, un paro cardíaco. "El corazón deja de contraerse y por lo tanto de bombear sangre. No hay pulso, no hay presión", en general estos casos se dan a partir de los 45 años.

En los casos de inestabilidad eléctrica: "la persona padece una alteración genética que se manifiesta desde su nacimiento y que pone en riesgo su vida provocando la arritmia que lleva al paro cardíaco. Estas enfermedades son: el síndrome de QT prolongado y el síndrome de Brugada. Otras alteraciones genéticas provocan enfermedades del músculo cardíaco propiamente como son la miocardiopatía hipertrófica o la displasia arritmogénica del ventrículo derecho (DAVD) que en un pequeño porcentaje de casos presentan paro cardíaco", especifica.

Prevenir la muerte súbita

Como en la mayoría de enfermedades es importante controlar el tabaquismo, presión alta, obesidad, diabetes y colesterol alto. En el caso de inestabilidad eléctrica es un poco más complicado y lo esencial es llevar una consulta rutinaria con el pediatra para detectar a tiempo las alteraciones que pueden provocar esta inestabilidad eléctrica del corazón.

"La mejor estrategia de prevención es evaluar a las poblaciones en riesgo, que son aquellas personas con factores de riesgo coronario no controlados, con enfermedad coronaria conocida, con alteraciones en el electrocardiograma o con antecedentes de muerte súbita en la familia", dice el cardiólogo.

En el caso de muerte súbita asociada con la actividad física y los deportes, Scazzuso destaca que "conocer cuál es nuestro estado de salud previo al inicio de un actividad física es obligatorio. Cada médico hará la evaluación en base a si la actividad será recreacional o competitiva. Por otra parte, las diferentes federaciones deportivas tienen su protocolo de evaluación para cada caso".

4 minutos para salvar la vida

La velocidad es indispensable, ya que el tiempo que una persona que sufre paro cardíaco puede estar sin asistencia es de máximo 4 minutos: "Esto se debe a que la muerte neuronal aumenta exponencialmente con el paso del tiempo debido a la falta de oxígeno y es irreversible. De allí la importancia de que cualquier persona cercana a la víctima inicie la resucitación cardiopulmonar mientras aguarda la llegada del equipo profesional de rescate".

Cuando una persona se desploma lo primero que se debe hacer es llamar al número de emergencias y empezar con las maniobras de RPC, idealmente en los primeros dos minutos, para mantener el flujo de oxígeno al cerebro y al cuerpo.

Si se aplica una descarga de un desfibrilador (DEA) en los primeros 3-5 minutos, la probabilidad de sobrevivir puede superar el 50-70%.

Una vez estabilizado, se trasladará al paciente al hospital para tratar la causa.

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