
Las terapias no farmacológicas, como la rehabilitación cognitiva y la musicoterapia, son eficaces en pacientes con deterioro cognitivo asociado a la enfermedad de Huntington, según un estudio del Instituto de Investigación Sant Pau (IR Sant Pau) de Barcelona publicado en la revista Journal of Neurology y recogido por Europa Press.
Este tipo de intervenciones, además de mejorar el estado cognitivo de los pacientes, también favorecen cambios "estructurales y funcionales" en el cerebro, retrasando la progresión del deterioro neurológico.
El estudio
El ensayo clínico tuvo una duración de 24 semanas e incluyó a 44 participantes con la enfermedad de Huntington en fase inicial o intermedia, divididos en tres grupos, donde una parte recibía entrenamiento cognitivo, la otra musicoterapia activa y la última no recibieron ningún tipo de intervención. La evolución de los pacientes se midió a través de evaluaciones neuropsicológicas, cuestionarios de impacto funcional y estudios de neuroimagen.
Los resultados mostraron una mejora significativa en las funciones cognitivas y una reducción de la apatía en los pacientes que participaron en cualquiera de las dos terapias, así como cambios en la conectividad funcional, cerebral y en la preservación de determinadas zonas del cerebro, lo que sugiere un efecto neuroprotector.
Hasta ahora no existían pruebas objetivas que demostraran la influencia directa de este tipo de intervenciones en la preservación de la estructura cerebral en pacientes con Huntington, de ahí la importancia de este hallazgo. Técnicas de estimulación cognitiva pueden contribuir a reducir la pérdida de sustancia gris en regiones "clave" del cerebro, ralentizando el avance de la enfermedad.
Los síntomas
La enfermedad de Huntington provoca el desgaste de algunas células nerviosas del cerebro. Aunque algunas personas nacen con este gen, hasta los 30 o los 40 años no comienzan a manifestarse los primeros síntomas. En las fases iniciales pueden aparecer síntomas como torpeza o problemas de equilibrio, posteriormente, puede darse una dificultad para caminar, hablar o tragar.
Hasta el momento no existe una cura a esta enfermedad, si bien existe una serie de medicinas que pueden ayudar a controlar los síntomas. Si uno de los padres presenta esta enfermedad, existe un 50% de posibilidad de desarrollarla.
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