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La coulrofobia puede dispararse en Halloween: qué es y cómo protegerse

La coulrofobia es el miedo irracional que sienten algunas personas cuando ven payasos | Fuente: Pexels.

El 31 de octubre es uno de los días más esperados del año para ciertas personas. Más conocida como Halloween, se trata de una fiesta de origen pagano donde niños y adultos se disfrazan con símbolos y aspectos terroríficos: brujas, calaveras, momias...

Tradiciones

Además, los más pequeños disfrutan pidiendo dulces por las casas y degustándolos. Por lo general, acostumbran a hacerlo en grupos y bajo la famosa leyenda de "truco o trato". En los hogares de algunos países, por si fuera poco, se levanta un altar con flores, velas, instantáneas de los seres queridos fallecidos y sus comidas preferidas.

Sin duda alguna, el aspecto más destacado de este festejo son los disfraces. El objetivo, para sorpresa de nadie, es explotar al máximo la creatividad de cada persona -algo complicado en determinadas personas- para diseñar un disfraz de lo más realista, terrorífico y único.

Un fenómeno desconocido

Y aquí es donde entra en juego la coulrofobia, un fenómeno que, aunque pueda parecer bastante inusual, afecta a una proporción significativa de la población mundial. Es más, trasciende las barreras geográficas y culturales y se manifiesta en una variedad de síntomas que van desde una leve incomodidad hasta una ansiedad paralizante.

La parte visible de la fobia a los payasos, claro está, es el pánico, el miedo y la angustia. Eso sí, otros síntomas asociados al miedo a estos son:

  • Temblores.
  • Ansiedad.
  • Sensación de miedo intenso.
  • Dificultad en la respiración.
  • Taquicardia y sensación de latido irregular.

Recomendaciones

La importancia de comprender la coulrofobia radica no solo en su impacto en la vida cotidiana de quienes la padecen, sino también en la necesidad de abordar y tratar adecuadamente esta fobia para mejorar su calidad de vida.

Los métodos tradicionales de tratamiento, como la terapia de exposición, han demostrado ser efectivos en muchos casos. Esta técnica implica la exposición gradual y controlada al objeto del miedo, en este caso, los payasos, permitiendo que el individuo enfrente y eventualmente supere su ansiedad.

Además, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ofrece multitud de herramientas para cambiar los patrones de pensamiento negativos asociados a los payasos, reemplazándolos por otros más racionales y menos aterradores.

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