
Las personas que se encuentran en ambientes donde hay humo, aunque no sean ellos los que fumen están inhalando las sustancias tóxicas y perjudiciales del tabaco que se encuentran en el aire. Estos son los llamados fumadores pasivos y que pueden sufrir también consecuencias negativas para su salud a raíz del tabaco.
¿Cómo se puede prevenir el tabaquismo pasivo?
La realidad es que prevenir el tabaquismo pasivo es difícil al no depender de la persona no fumadora. El primer punto sería evitar estar en sitios cerrados con personas que estén fumando.
Lo ideal sería pedir a las personas fumadoras que fumen al aire libre, porque si fuman en un sitio cerrado, aunque no estemos delante, el humo puede quedarse en el aire.
La única manera de protegernos en ambientes cerrados es estar en entornos 100% libres de humo, por ello, si convives con una persona fumadora lo ideal sería pedirle que no fume dentro de casa, sobre todo si hay niños en el hogar, intentando que fume siempre en la calle. Si esto no es del todo posible, podemos pedir que al menos fume en la ventana o balcón y siempre que la persona no fumadora o los niños no estén delante. En el caso de fumar en el balcón lo ideal sería cerrar la puerta para que el humo no entre al hogar y si fuma en la ventana, cerrar la puerta de la habitación y dejar ventilando tras terminar de fumar un rato antes de que entre la persona no fumadora o el niño.
Hay personas que colocan en casa filtros o purificadores de aire. Esto puede ayudar a limpiar el ambiente, pero no lo elimina por completo.
Otro lugar muy habitual suele ser el automóvil. La realidad es que hasta abriendo las ventanas el humo perjudica a todas las personas dentro del vehículo, por lo que se aconseja no fumar nunca dentro del coche, ni, aunque la persona fumadora vaya sola.
La mejor forma de evitar el tabaco y la más efectiva es intentar encontrar ambientes libres de humo. La suerte es que, en la actualidad, en casi todos los lugares públicos cerrados está prohibido fumar.
Riesgos de ser fumador pasivo
El humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas que son tóxicas para el cuerpo, aunque no lo fumemos directamente sí que podemos respirarlo sin querer cuando alguien fuma al lado nuestro.
Entre los riesgos que podemos sufrir se encuentran infecciones pulmonares, crisis de asma o caries. Si el tabaquismo pasivo se produce durante un tiempo prolongado; por ejemplo, al vivir con una persona fumadora que fuma en casa delante nuestro a diario, podemos desencadenar ciertos riesgos parecidos a los de una persona fumadora:
- Huesos débiles
- Enfermedades cardíacas
- Cáncer de pulmón
- Accidentes cerebrovasculares
- Pérdida de la audición
¿Qué es un fumador activo y pasivo?
El fumador pasivo es aquel que inhala involuntariamente el humo que proviene de otros fumadores. Esto puede suceder tanto por el humo de un cigarro encendido o el humo que exhala un fumador. En el caso de las embarazadas, si la persona fumadora está embarazada al feto se le consideraría fumador pasivo.
El fumador activo es aquel que fuma habitualmente y tiene un elevado índice de consumo denominado tabaquismo.
¿Cómo afecta el tabaquismo pasivo en los niños?

Según el Observatorio de AECC el 15% de la población adulta se expone diariamente al tabaco y en el caso de los menores, la cifra aumenta al 27%.
Los niños son los más perjudicados por el tabaquismo pasivo ya que no pueden decidir voluntariamente evitar la exposición al mismo. Y estar expuestos a este humo ofrece sustancias tóxicas para salud.
- Los niños expuestos al humo tienen más posibilidades de desarrollar bronquitis, asma, neumonía y otitis.
- Los niños asmáticos pueden empeorar sus síntomas.
- Además, fumar durante el embarazo puede aumentar el riesgo de aborto o nacimiento prematuro.