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Sexo pintado o cómo convertir la pasión amorosa en arte

Imágenes: Allure Art.

Cuando en lo referente al sexo parece que todo está inventado y las novedades se revelan como viejos métodos revestidos de márketing, propuestas como la de la pareja formada por los letones Elina Vaivode y Tom Grindberg captan la atención: pintar cuadros mientras desatamos nuestra pasión en pareja.

"Sexo es vida, y vida es arte", argumenta Elina Vaivode, gerente del nuevo negocio creado a partir de una idea loca surgida de un momento de pasión. Fue Grindberg quien le propuso pintar un cuadro con sus cuerpos en máximo estado de excitación, y ella aceptó, según relata la web Yorokobu.

Tuvieron que probar varias veces hasta dar con las pinturas más adecuadas para aunar los elementos de ejecución de la obra, piel y lienzo. Una vez hecho esto, se lanzaron a compartirlo con el mundo a través de un negocio al que bautizaron como Allure Art, donde comercializan via on line un kit con todo lo necesario para que cualquiera se arranque a realizar una original obra maestra pasando un momento de puro placer.

"Crea un impactante arte abstracto haciendo el amor con un kit Allure Art y confecciona una obra maestra sexual que compartirás para siempre", animan sus fundadores desde la web allure-art.com. "El kit te permite ser el Dalí de tus sueños y crear obras maestras propias, mientras disfrutas del placer del cuerpo de otro: una expresión de vuestro amor desplegada en gloriosos golpes y colores", continúan.

Kit de la pasión

El kit que vende esta pareja desde su web incluye un lienzo de 1x1,37 metros, botes de colores a elección, un protector de plástico para el suelo de la estancia, dos pares de zapatillas de algodón, una esponja de ducha y unas instrucciones para llevar a cabo el proceso 'artístico'. El coste del mismo depende del número de colores deseados para 'pintar': un kit con tres colores, por ejemplo, asciende a 80 euros. Cada color suma 5 euros a un precio base de 65. Más gastos de envío, claro (son gratuitos solo en Letonia).

Las instrucciones, a las que se puede echar un vistazo desde la web, son claras y sencillas. Se prepara la estancia, cubriéndola con el plástico protector, se dispone el lienzo sobre el suelo y las zapatillas al lado (serán necesarias para acudir al baño tras terminar y evitar manchar el resto de la casa).

A continuación, los colores se untan sobre los cuerpos o sobre el lienzo, resulta indiferente. Y la pareja comienza su delirio amoroso sobre la tela. Al finalizar, toca acudir a la ducha para retirar la pintura del cuerpo con agua caliente y la ayuda de la esponja del kit.

Resulta plausible que Modigliani o Picasso se riesen hoy de esta ocurrencia que ellos mismos podrían haber llevado a la práctica en sus estudios de pintura, y que una vez más, estemos hablando de un viejo método enfundado en márketing. Y sin embargo, ¿quién no desearía ser Modigliani por un día?

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