
Johnson&Johnson prevé un aumento de sus ingresos del 3% a lo largo de 2025 –superando los 90.000 millones de dólares–, pese a las caídas en las ventas de Stelara, su fármaco estrella.
Esta molécula, que hizo facturar 10.000 millones de dólares (9.600 millones de euros) en todo el mundo a la estadounidense en 2023, perdió su patente a mediados de dicho año, de manera que los biosimilares 'engulleron' su cuota de mercado en Estados Unidos y Europa.
Ante esta situación, la estadounidense se ha encomendado a uno de sus últimos lanzamientos, Tremfya, que también tiene indicaciones similares a las de Stelara: psoriasis y artritis psoriásica, enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa.
"El deseo de los pacientes de adoptar nuevas terapias podría ayudar a canalizar las posibles pérdidas de Stelara hacia la prescripción de nuevas terapias inmunológicas", declaran desde la compañía.
Las empresas que lanzaron los biosimilares que plantaron cara a Johnson&Johnson fueron Sandoz, que fabricó Pyzchiva, y Stada, con Uzpruvo. Ambos se financian en España desde el pasado año, en detrimento de Stelara, con el fin de ahorrar en gasto farmacéutico.