
Grifols ha sido elegido por la mesa de contratación del Ministerio de Sanidad para quedarse con el megacontrato de suministro de medicamentos derivados del plasma, valorado en 281 millones de euros. Tras el análisis de los técnicos, la empresa catalana se ha impuesto a su rival, Octapharma, de forma clara (73 puntos sobre 100 por los 18 de su contrincante).
Grifols, según se recoge en el acta, venderá la inmunoglobulina a un precio de 80,13 euros por cada litro de plasma, mientras que la albúmina valdrá a 26,8 euros por litro de plasma y el factor VIII a 6,13 euros. Por otro lado, la Alfa-1-antitripsina estará a 20,28 euros por litro de plasma, el Factor IX a 15,39 euros y la Antitrombina III a 4,21 euros. Por último, hay dos de los ocho lotes que han quedado desiertos y son el del fribrinógeno y el del complejo protrombínico.
"La Mesa de Contratación propone propuesta de adjudicación a favor de la empresa Instituto Grifols, S.A. por los importes seguidamente indicados, ya que cumpliendo su oferta los requisitos exigidos en los pliegos que rigen la presente contratación, ha obtenido la máxima puntuación una vez aplicados los criterios de adjudicación", se especifica en el acta.
Ahora, el órgano de contratación abre un periodo de 10 días donde Grifols debe responder a una serie de preguntas técnicas que le remitirá la administración. Una vez concluya este paso, la farmacéutica catalana será oficialmente el ganador del megacontrato.
Habrá que esperar a acontecimientos futuros para ver si el fribrinógeno también acaba bajo el abrigo de Grifols. Cabe recordar que este último compuesto farmacológico será uno de los productos estrella de Grifols este año. Desarrollado por su filial Biotest, el lanzamiento comercial del nuevo tratamiento potencial está previsto en la segunda mitad de 2025 en Europa, seguido de EEUU en el primer semestre de 2026.
Los recursos, desestimados
La evolución del Acuerdo Marco ha tenido tropiezos. Antes siquiera de presentar las ofertas, la hoy ya excluida CSL Behring interpuso un recurso por vía administrativa para tratar de detener el proceso y llevarlo a la casilla de salida.
También hizo lo propio Fedhemo, una asociación de pacientes que representa a personas con patologías sanguíneas. Esta entidad explicó al órgano judicial "se trata de un producto especialmente sensible, y en el que debería valorarse su calidad, sólo han establecido criterios cuantitativos económicos", según revelaron las actas.