Madrid
El Ministerio de Sanidad ha subido el precio de las inmunoglobulinas –un producto plasmático que se utiliza para tratar la inmunodeficiencias y en algunos procesos oncológicos como las terapias CAR-T– ante la situación de desabastecimiento que se estaba comenzando a sufrir en los hospitales españoles. Las empresas productoras (que son básicamente tres, CSL Behring, Grifols y Takeda) habían alertado en los últimos tiempos de que el precio que pagaba el Estado estaba por debajo de los costes de producción, llevando su fabricación a un extremo insostenible.
Sanidad explica que ha atendido las peticiones empresariales y ha revisado el precio de estos medicamentos. "Tras mantener un diálogo con las compañías se ha modificado el precio de las inmunoglobulinas", explican desde el departamento que dirige Mónica García. Sin embargo, fuentes cercanas a las firmas alertan de que la situación se ha solucionado solo parcialmente y que ahora toca una segunda batalla legislativa que precisamente está a punto de abordarse.
El ministerio de Sanidad se ha comprometido a reformar el Sistema de Precios de Referencia, un modelo que cada año ajusta la tarifa pública que abona el Estado a las empresas por los medicamentos que ya han perdido su patente. Entre las moléculas que se encuentran bajo esta legislación están precisamente las inmunoglobulinas y el objetivo de las compañías es que dejen de estar en el sistema bajo la premisa de que son medicamentos esenciales señalados por la Organización Mundial de la Salud.
La idea converge con los planes teóricos del Gobierno, quien quiere asegurar la producción local de las moléculas consideradas estratégicas, pero fuentes empresariales señalan que las inmunoglobulinas sí las recoge la OMS bajo esa categoría pero no la Agencia Española del Medicamento, por lo que es necesaria una actualización del listado para que estos fármacos tengan protección en el precio.
Un 'megacontrato' en ciernes
Mientras la batalla de las inmunoglobulinas se ha librado hace escasos días, el mayor contrato para el suministro de productos hemoderivados de uso terapéutico se encuentra en stand by tras la impugnación de los pliegos por parte de CSL Behring. La razón de fondo es precisamente la falta de rentabilidad de estos productos en el mercado. Ingesa (órgano contratador del Ministerio de Sanidad) explica que esperará a la resolución del Tribunal Administrativo para ver cómo proceder. "No se puede ni debe hacer nada hasta que no se resuelva el recurso", dicen.
Este medio se puso en contacto con la empresa australiana la semana pasada para conocer de primera mano las intenciones y motivos que tiene para tratar de detener el concurso. "CSL Behring ha recurrido el Concurso Nacional de Fraccionamiento de Plasma con el único objetivo de mejorar la competencia y el diseño del mismo, para que el concurso logre el objetivo de obtener el máximo rendimiento del plasma nacional para que un mayor volumen de productos esenciales, como los hemoderivados, lleguen a más pacientes en nuestro país. El recurso se enmarca en la normalidad de los procedimientos administrativos y la legislación vigente y se centra en mejorar un concurso que en si mismo es complejo pero creemos mejorable", dijeron entonces.
