Salud Bienestar

La escasez de caja lastra la confianza en Grifols

  • La venta de la unidad de diagnóstico es la última bala que le queda a la firma en la recámara
Madridicon-related

Moody's desenfundó el miércoles por la noche el traje de Batman que suele llevar Daniel Yu (Gotham City) y propinó a Grifols un nuevo golpe que le ha hecho revivir una jornada aciaga en la bolsa, con pérdidas que superan el 11% al filo del mediodía de este jueves. Pero más allá de un mal día en el parqué, el rejonazo de la agencia duele más porque deja al borde de la inutilidad todas las reformas que la farmacéutica española ha realizado en los últimos seis meses. Ni los cambios en la cúpula ni los esfuerzos en la desinversión de activos para paliar los enormes datos de deuda convencen fuera, y esto merma los esfuerzos por fortalecer la confianza que realiza la compañía.

El problema de fondo son las previsiones que tiene la propia compañía para generar caja. Los últimos movimientos de la compañía han despejado el horizonte de vencimientos y 2025 parece que no será un problema para la firma de hemoderivados. Pero el mercado cree que la deuda seguirá creciendo inexorablemente, trimestre a trimestre, y no ve una correlación directa con el crecimiento de la caja y ahí es donde se cebó Moody's en su análisis.

Ante este panorama, a Grifols debe profundizar en las desinversiones, reducir aún más los costes y decidir no hacer nuevas inversiones en los próximos ejercicios. En definitiva, reducir gasto y aumentar ingresos para controlar el nivel de la deuda financiera. De hecho, la reciente emisión de bonos por 1.300 millones se ha comprometido a un interés del 7,5%, algo que es pan para hoy y hambre para mañana si se profundiza en esta estrategia para hacer frente a los vencimientos de deuda hasta finales de la década.

En la campo de las desinversiones, Grifols tiene aún una bala tras la reciente operación de Shanghai Raas. La farmacéutica tiene una división de diagnóstico que lleva tiempo siendo objeto de estudio para su posible venta. Las cifras, además, acompañan esta operación. En 2023 aportó 671,3 millones de ingresos, el 11,7% del total. Un informe de CaixaBank, además, valoró la totalidad de la división en hasta 3.900 millones de euros, aunque la operación no tendría por qué ser de toda la filial y trocear el negocio. En cualquier caso, es un balón de oxígeno, no una solución integral de los problemas de caja señalados por Moody's y que el mercado ha comprado, a tenor de la evolución de la acción de la farmacéutica en el día de ayer.

Pero hay algo de luz al final del tunel, si bien habrá que esperar unos años antes de que la situación de la farmacéutica se normalice por completo. Hay motores en la compañía que darán sus frutos en los próximos cuatro años. Por un lado, la reducción de costes tras el plan de reestructuración baja el gasto en 450 millones anuales. Además, el margen por litro de plasma, principal materia prima que usa Grifols en sus productos, ha comenzado a aumentar tras la crisis postpandémica. Por otro lado, la compañía tiene varios productos en el mercado con previsión de aumentar las ventas. Por último, Biotest, la adquisición que incrementó el pasivo de Grifols en 2.000 millones, está comenzando a llevar sus primeros productos al mercado estadounidense, por lo que aumentarán los ingresos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky