Salud Bienestar

Grifols comparece ante sus accionistas tras la 'crisis Gotham' con dos mensajes: rebajar deuda y reforzar la gobernanza

Nacho Abia, consejero delegado de Grifols, y Tomás Dagá, consejero. Kike Rincón
Barcelonaicon-related

"Es la primera vez en 115 años de historia sin un miembro de la familia en la alta dirección de Grifols". Así resumió, visiblemente emocionado, el vicepresidente Raimon Grifols Roura, el cambio emprendido por la cotizada en 2022 y acelerado hace seis meses tras el informe de Gotham. La compañía de hemoderivados trató de marcar distancias con el pasado, remarcando el refuerzo de un gobierno corporativo puesto en entredicho por el mercado en la primera junta de accionistas posterior a la crisis bajista que estalló en enero. La ruptura eso sí no era total, con la vieja guardia Grifols aún presente en la primera fila de autoridades.

La junta de accionistas celebrada en el edificio corporativo de Sant Cugat del Vallés (Barcelona) fue la presentación en sociedad del nuevo consejero delegado, Nacho Abia, que arrancó con un repaso de su trayectoria profesional y con un mensaje claro. Lo remarco tanto ante los propietarios como en el encuentro posterior ante los medios de comunicación: "La prioridad es gestionar los flujos de caja y el volumen de deuda".

El dirigente explicó que, una vez aterrizado, ha emprendido un plan para recortar este pasivo en el que puede haber desinversiones más allá de la de Shanghai Raas, que se cerrará la próxima semana. "Lo primero que hemos hecho ha sido repasar los activos con los que contamos –preguntado de cara a futuras desinversiones, como la división de diagnóstico-, pero no hay ninguna decisión tomada", señaló.

Más allá de unidades de negocio, otra vía para ganar liquidez serán las ventas inmobiliarias. "Tenemos muchos edificios y una posibilidad es consolidar la actividad en algunos para ganar eficiencia", detalló. Una plaza donde esto va a suceder, ejemplificó, es California, donde se podrían incluso cerrar algunos centros de donación de plasma. El objetivo final: alcanzar una ratio de 4,5 veces entre deuda y ebitda.

El ejecutivo apareció escoltado por el presidente, Thomas Glanzmann –que mantendrá funciones ejecutivas hasta febrero- y por, el consejero Tomás Dagà, fundador del bufete Osborne & Clarke y uno de los principales accionistas de Scranton Enterprises, el vehículo accionista que estuvo en el centro del informe de Gotham. Pese a la teórica pérdida de peso en los últimos meses -dimitió como vicesecretario en diciembre y del comité de auditoría en abril-, era el único consejero externo en la primera fila de los comparecientes. Es el lugar que ocupó durante años, junto con el histórico presidente Victor Grífols Roura.

Su rostro era el hilo conductor, junto con los de Raimon Grífols Roura y Víctor Grífols Déu, de un pasado reciente que se destacó y ensalzó, pero con el que se marcaron distancias. Glanzmann les agradeció la transición, pero advirtió de que sus prioridades fueron "reforzar el gobierno corporativo y fortalecer el equipo directivo.

El único miembro de la familia en tomar la palabra fue el propio Raimon Grífols que, puso en valor el papel de la saga. "Mis predecesores solo sentirían orgullo si vieran en lo que se ha convertido Grifols", destacó. El exconsejero delegado también quiso sacar pecho de su periodo al frente de la cotizada: "Desde 2017 al covid tuvimos unas métricas espectaculares, pero el coronavirus nos afectó. Por ello en verano de 2022 pensamos que era el momento de comenzar a separarnos del día a día en un proceso que termina hoy", dijo. Y en los agradecimientos tuvo tiempo para todos –consejo, accionistas, trabajadores y familia-, menos para unos: "expresamente excluyo a los accionistas bajistas", remarcó.

No obstante, el acto tuvo poco de plebiscito sobre la antigua gestión o la transparencia de en la gestión. A pesar de ser la primera junta desde el informe de Gotham, no hubo preguntas sobre el asunto. "No pudimos prever de ninguna manera el ataque falso contra la reputación de Grifols", destacó el presidente, que puso en valor la integridad de la organización.

De hecho, ninguno de los accionistas presentes tomó la palabra y la única cuestión telemática versó sobre la aprobación de una nueva proteína en Estados Unidos. De hecho, el encuentro reunió a apenas el 55,9% del capital social frente al quorum del año anterior, que rozó el 75%. "Creíamos que iba a haber más gente tras toda la atención generada, pero es una buena muestra de la confianza en el equipo", ironizaron los directivos.

Todos los puntos fueron ampliados por una amplia mayoría. Con amplio apoyo salió también adelante el salario de Nacho Abia, que había sido criticado por los grandes proxys, como ISS. Aunque fue la medida con menor respaldo, salió adelante con el 77% de los votos –el resto de los ítems superaron el 90%-.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky