Las acciones necesarias para avanzar en la transformación del sistema de salud pasan por una voluntad política y una determinación para implementar cambios significativos. La tecnología requerida para mejorar la eficiencia y la calidad de la atención ya está disponible, pero es crucial que las autoridades y los responsables del sistema de salud estén dispuestos a adoptarla y promover su uso. Asimismo, se subraya la necesidad de valentía para explorar nuevos modelos de riesgo compartido y de contratación mixta, así como una visión a largo plazo que trascienda la inmediatez de las soluciones cortoplacistas. Estas son algunas de las conclusiones de la primera mesa del foro de salud, titulada Tecnología Sanitaria: Progresión en el sector del IGran Foro de Salud de elEconomista.es.
Otra de las cuestiones donde los expertos estaban de acuerdo fue el intercambio de buenas prácticas como en el reconocimiento del valor de la tecnología nacional. Es vital fomentar una cultura que valore y promueva la innovación y la excelencia en el ámbito sanitario, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Por último, coinciden en hacer hincapié en la importancia de un marco normativo que garantice la competitividad y facilite la adquisición de tecnología de calidad. La inversión en salud debe ir de la mano de una estrategia que priorice la calidad sobre consideraciones puramente económicas, asegurando así que los pacientes tengan acceso a los mejores tratamientos y tecnologías disponibles sin tener en cuenta la comunidad autónoma en la que estén.
Daniel Soto, director de Cuentas Estratégicas para España y Portugal de Medtronic, enfatiza el compromiso de la empresa con la innovación y la tecnología sanitaria, siempre con el paciente en el centro. Destaca el legado de 75 años de Medtronic, que ha permitido desarrollar soluciones para más de 70 patologías, con un ritmo constante de lanzamiento de productos a nivel global. Soto señala "la importancia de capitalizar esta tecnología para liderar la transformación del sistema sanitario, enfocándose en mejorar resultados en pacientes con mayor eficiencia".
Por otro lado, Óscar M. Jordán, gerente de Hersill, destaca la necesidad de colaboración entre distintos actores del sistema de salud, incluyendo la industria, los hospitales, organismos de emergencia, universidades, fundaciones e institutos de investigación. Jordán enfatiza que esta colaboración es "esencial para impulsar el futuro a nivel social y para mantener el ritmo de desarrollo tecnológico de los países desarrollados".
Pablo Crespo, secretario general de Fenin, resalta la falta de desarrollo del potencial tecnológico en España y la necesidad urgente de una estrategia y cultura que lo fomente. Destaca los desafíos que enfrentan las empresas españolas, como Hersill, para fabricar en el país debido a "un entorno poco favorable para la inversión en tecnología". Señala que "la dificultad de llevar la tecnología al mercado nacional lleva a muchas empresas a buscar oportunidades en el extranjero, lo que afecta la competitividad de la marca España". Crespo aboga por un cambio en la estrategia económica del país, enfocándose en favorecer una industria local sólida que reduzca la dependencia de otros países y promueva la competitividad de los productos españoles.
Contrato de suministro
En cuanto a la contratación, Soto afirma que "tenemos oportunidad de mejora. Seguimos en el contrato de suministro pero no te da esa flexibilidad necesaria". Por su parte, Jordán considera "la contratación pública en el sector es complicada debido a la diversidad de empresas y al modelo típico de un país desarrollado". Destaca que en países más avanzados hay un mayor número de empresas tecnológicas, lo que aumenta la competencia. Sin embargo, señala que el sistema de contratación pública no favorece a empresas como la suya, especialmente debido a la problemática de los lotes grandes en los concursos, donde se agrupan varios equipos tecnológicos. Esta práctica, según Jordán, va en contra de la competencia y "dificulta la participación de empresas tecnológicas en igualdad de condiciones". Enfatiza que el problema radica en la falta de voluntad para cambiar este sistema, no en cuestiones de precios.
Crespo plantea que la ley de contratos públicos, diseñada para adquirir desde folios hasta prótesis de rodilla, "no está adaptada a las necesidades específicas del sector sanitario". Destaca la necesidad de "un marco normativo más flexible que facilite la innovación y agilice el proceso de adquisición de tecnología de calidad para los hospitales". Para abordar esta situación, han elaborado una guía de compra pública sanitaria con la colaboración de expertos de las comunidades autónomas, con el objetivo de utilizar la ley existente de manera eficiente y asegurar que la tecnología más avanzada llegue a los pacientes. El principal objetivo es garantizar que la innovación llegue efectivamente al paciente, sin que la rigidez de la ley de contratos públicos sea una barrera. Insiste en que "el criterio de calidad debe prevalecer sobre el económico en la adquisición de tecnología avanzada, ya que esto garantiza el mejor servicio para los pacientes". Enfatiza que "el precio no debería ser el único factor determinante en las decisiones de compra, ya que se arriesga a comprometer la calidad de la atención médica".
Soto resalta el legado de 75 años de innovación de Medtronic, afirmando que para maximizar el valor de la tecnología es fundamental "crear ecosistemas en torno a ella". En este sentido, Medtronic ha establecido una unidad de Servicios y Soluciones hace una década, reconociendo la importancia de una innovación eficiente. Señala "la necesidad de maximizar el valor de la tecnología, destacando que la verdadera magia radica en innovar en los ecosistemas que puedan extraer el valor en salud de esta tecnología". Resalta la importancia de ir más allá de simplemente capturar el valor tecnológico, buscando soluciones que permitan extraer el 120% del valor que posee la tecnología.
En esta línea, Jordán resalta el cambio de modelo hacia "la prestación de servicios en el sector sanitario". Destaca la importancia de que la tecnología ayude al paciente, lo que requiere que todo el ciclo, no solo tecnológico, del cuidado y la asistencia esté integrado. Subraya "la necesidad de colaboración con los profesionales de la salud", enfatizando que adaptar la tecnología a las necesidades de médicos y clínicos es fundamental. Destaca también la participación activa de los pacientes y la importancia de incorporar sus opiniones en el desarrollo tecnológico, dada la complejidad de la tecnología médica y la necesidad de perspectivas profesionales y de investigación.
Crespo afirma que "el plan INVEAT (Inversiones en Equipos de Alta Tecnología) permite que haya mejores diagnósticos y tratamientos". "Una inversión de 796 millones de euros ha permitido reemplazar más de 800 equipos obsoletos por equipos innovadores que ofrecen una mayor precisión. Sin embargo, este no puede ser un movimiento aislado". Debe formar parte de una cultura de inversión más amplia. "Todavía hay familias tecnológicas que están obsoletas en términos de inversión. Necesitamos llegar a otros tipos de tecnología, renovar y incorporar nuevas tecnologías, por eso es necesaria una cultura de inversión". Actualmente, el gobierno está poniendo en marcha el plan AMAT-I (que pretende dar continuidad a los objetivos que se fijaron con el Plan INVEAT) en colaboración con las comunidades autónomas, que incorporará otro conjunto de equipamiento.La buena noticia del plan INVEAT es que ha resaltado la necesidad de una cultura de inversión, y lo que "necesitamos es seguir desarrollándola para poder responder mejor cada día a las necesidades de los pacientes. Debemos incorporar la innovación para transformar los procesos asistenciales y generar eficiencias que nos permitan reinvertirlas en el sistema. Creo que estamos en una revolución tecnológica que debemos aprovechar para tener un sistema sanitario con futuro y de futuro", sostiene Crespo.
El gerente de gerente de Hersill señala una "brecha significativa en el desarrollo y la producción de tecnología médica en España en comparación con otros países, particularmente Alemania". Destaca que, si bien la tecnología de vanguardia es crucial, también es esencial invertir en tecnología más accesible y en el desarrollo del tejido industrial nacional. Enfatiza que "la inversión en una amplia gama de equipos médicos podría fortalecer la industria local y reducir la dependencia de importaciones costosas". Además, menciona que España tiene un "déficit importante en exportaciones en comparación con su consumo de tecnología médica, lo que subraya la necesidad de impulsar la producción nacional para competir a nivel internacional y crear empleo en el sector". "Estamos en la parte baja de la lista en términos de déficit de exportaciones, ocupando el tercer o cuarto lugar desde abajo. Un ejemplo revelador es la comparación del número de empleados en la industria tecnológica médica por cada 10.000 habitantes: mientras que Alemania, que se encuentra en la mitad de la tabla, cuenta con 30 empleados. En España, junto con Portugal y Grecia, solo tenemos 6 empleados, quedando solo por delante de Eslovenia y Rumania". "Necesitamos aspirar a más. ¿Por qué hay solo 6 empleados en España en comparación con los 30 en Alemania? Porque el tejido industrial de la tecnología médica carece de desarrollo y capacidad de fabricación. Esta industria requiere una inversión significativa en mano de obra e investigación y desarrollo".
El valor de la tecnología
Soto y Crespo, ambos con perspectivas críticas y propuestas concretas para mejorar el acceso y la innovación en el sector de la salud. "La prevención es clave", enfatiza Soto, subrayando la importancia de enfocarse en medidas preventivas para abordar los desafíos de salud pública. Pero surge una pregunta inevitable: ¿cuál es el valor de la tecnología en este contexto? Soto sugiere que es hora de empezar a considerar el valor real que aporta la tecnología en términos de salud. "Creo que es ciencia ficción", reflexiona, sugiriendo que es momento de comenzar con iniciativas más modestas y centradas en resultados concretos.
Por otro lado, Crespo señala un obstáculo particular que afecta directamente la accesibilidad a la tecnología médica en España: la tributación del IVA. "Es curioso que los dispositivos médicos tributen al 21%, igual que un bien de lujo", comenta con sorpresa. Destaca que, si bien anteriormente se culpaba a las restricciones de la Unión Europea por mantener el IVA elevado, desde la modificación de la directiva del IVA en abril de 2022, se abre una oportunidad para reducir este impuesto. Sin embargo, lamenta que el 85% de los productos sanitarios todavía estén gravados al 21%. El secretario general de Fenin explica las implicaciones de esta tributación elevada: los ciudadanos, muchos de ellos pacientes crónicos o ancianos, deben pagar este IVA con sus pensiones, lo que representa una carga adicional en un momento ya difícil. Además, destaca que el sistema sanitario, con sus limitados recursos, termina gastando más de 1.000 millones de euros en este impuesto, recursos que podrían destinarse a la innovación y mejora del sistema.
Jordan, por su parte, destaca la importancia de la colaboración entre el sistema de salud público y privado, citando ejemplos de países como Estados Unidos, Alemania y Suiza, donde esta colaboración está bien establecida y genera prosperidad económica. Crespo, asimismo, subraya la colaboración inherente en la industria médica, tanto en la formación técnica como en la mejora de los procesos asistenciales a través de la tecnología. Por su parte, el director de Cuentas Estratégicas para España y Portugal de Medtronic enfatiza que la colaboración es una obligación para garantizar la sostenibilidad del sistema de salud, y señala historias de éxito que respaldan esta afirmación. Por último, enfatizando la equidad como prioridad, Crespo subraya que el objetivo principal de quienes trabajan en el ámbito de la salud es mejorar la calidad de vida de los pacientes, sin importar dónde residan. Sin embargo, señala que la "dispersión regulatoria y la descentralización del Estado representan riesgos para la equidad y la calidad de la atención médica". Crespo argumenta que si se apuesta por la calidad y se incorpora tecnología de vanguardia en todos los sistemas sanitarios, se logrará una población más saludable y productiva, lo que a su vez impulsará la competitividad del país.
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