
Las compañías farmacéuticas innovadoras lograron un récord de inversión en I+D en España, con casi 1.400 millones de euros, un 10% más. "Casi la mitad de esta inversión, además, se llevó a cabo en proyectos de investigación junto a hospitales, universidades y centros públicos y privados de todo el país. La magnitud de esta aportación, un auténtico paradigma de la colaboración público-privada, nos sitúa como uno de los sectores industriales líderes en I+D, aportando uno de cada cinco euros del total de la inversión en investigación en España", explica la patronal.
El medicamento, por otro lado, es también el tercer producto más exportado en nuestro país, con más de 26.800 millones en ventas al exterior, según recoge la memoria de actividades de Farmaindustria. Estas cifras consolidan la importancia de este sector para el país y también para Europa. De hecho, la industria farmacéutica innovadora ha sido uno de los cuatro sectores industriales estratégicos -junto al sector energético, el alimentario y el de las tecnologías digitales- fijados como prioritarios por la Unión Europea, como quedó reflejado en el informe sobre autonomía estratégica de la Presidencia Española del semestre pasado.
"Es cierto -dicen desde la patronal- que vivimos en un contexto difícil y en constante evolución y tenemos que hacer frente a múltiples desafíos. Sin embargo, tenemos también por delante importantes oportunidades". Mirando a nuestro país, el presidente de Farmaindustria puso el foco en el Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica, "en el que llevamos tiempo trabajando con el Gobierno y tenemos que seguir impulsándolo para que sea pronto una realidad". Este plan se fija en tres aspectos clave: asegurar el acceso a la innovación, mejorando los tiempos y la disponibilidad de fármacos innovadores, gracias a un marco estable, claro, ágil y predecible; consolidar el liderazgo de nuestro país en I+D biomédica, con especial atención a la investigación traslacional, alimentando ese camino de ida y vuelta entre el laboratorio y la práctica clínica, y, por último, reforzar también el tejido productivo, apostando por el empleo, el crecimiento y una menor dependencia exterior. En este punto, Ponce resaltó las más de 100 plantas de producción de medicamentos de uso humano implantadas en España -un 70% de ellas fabrican medicamentos de marca- "que sitúan a España como uno de los países europeos con mayor potencial de producción en un momento en el que los medicamentos han demostrado ser un bien estratégico y de seguridad para los países".
Por todos estos motivos, insistió, el momento actual es único para que España y Europa refuercen su papel como centro mundial de I+D y producción, asegurando el carácter estratégico y tractor del sector farmacéutico. "Es cierto que estamos en un año con múltiples cambios, con varias convocatorias electorales, tanto europeas como regionales, que pueden afectar a la regulación de nuestro sector. Uno de ellos es la revisión de la legislación farmacéutica europea que prepara la Unión Europea y que debería servirnos para recuperar el terreno perdido frente a EEUU y Asia en investigación y desarrollo de medicamentos", advirtió.
Para finalizar, Ponce reiteró la importancia de que el país cuente con una industria unida, más fuerte, más moderna y eficaz para asumir el principal objetivo del sector: "Que los pacientes tengan a su alcance y a tiempo el mejor de los tratamientos posible". Y animó a los asociados a trabajar unidos para conseguir este propósito: "Pocos sectores pueden presumir de tener un propósito tan estimulante como el de promover la investigación, la innovación y la producción de medicamentos para mejorar la vida de las personas, y además hacerlo de una forma ética y responsable con el medio ambiente. Y lo haremos con la excelencia que siempre nos ha caracterizado, con las buenas prácticas que promovemos en nuestro día a día, con un fuerte compromiso social y con unidad de propósito. Este es el sector que estamos construyendo entre todos", afirmó.