
Grifols enfrenta un nuevo cambio de calado en la cúpula de la empresa. Tras poco más de un año en el cargo, el actual presidente ejecutivo de la farmacéutica, Thomas Glanzmann, ha anunciado en la conferencia con analistas e inversores que 2024 será su último curso con funciones ejecutivas. "Mi función de presidente ejecutivo se convertirá en una función no ejecutiva en 2025, en línea con las prácticas de buen gobierno", aseguró el máximo dirigente de la firma.
Según ha podido saber este medio, todas las funciones ejecutivas recaerán sobre Ignacio Abia, el último fichaje de la compañía para ejercer de Consejero Delegado. Glanzmann dará un paso al lado, pero seguirá como presidente no ejecutivo de la farmacéutica, por lo que controlará el Consejo de Administración.
Desde el año 2022 hasta hoy, Grifols ha sufrido varios terremotos en su cúpula. En octubre de aquel año, Steven Mayer fue nombrado presidente de la compañía, mientras que Víctor y Raimon Grifols actuaban como co-CEO. Esta estructura duró apenas 144 días, ya que tras ese periodo Mayer dimitió alegando motivos de salud. Fue entonces cuando llegó Glanzmann, quien al poco tiempo de tomar posesión también asumió los poderes asociados a los consejeros delegados, siendo el primer paso atrás serio de la familia.
A partir de ahí, el siguiente terremoto en la cúpula de Grifols se produjo pocas semanas después del primer informe de Gotham City. Fue entonces cuando la farmacéutica despojó de todo poder ejecutivo a la familia, si bien siguen estando presentes en el Consejo de Administración como consejeros dominicales.
La renuncia de Glanzmann, por tanto, será el cuarto cambio en la cúpula en poco menos de un año y medio, donde la farmacéutica ha vivido su peor crisis de la historia. Su valor en bolsa se ha deteriorado hasta y su plan de reducción de deuda se ha puesto en varias ocasiones en entredicho. En abril comenzará su gestión Nacho Abia, pero será a partir del 2025 cuando sea el único con poderes ejecutivos en la farmacéutica.