
Rovi sufre tras el crecimiento espectacular experimentado durante la pandemia. Los beneficios de la farmacéutica se reducen en un 15%, desde los 199,7 millones ganados en 2022 a los 170,3 durante el año pasado. De igual forma, el ebitda de la firma de los López Belmonte cae un 12%, cosechando una cifra en 2023 de 244 millones de euros. Al filo de las 10:00 horas, la bolsa castigaba estos números con descensos del 5,8%, quizá motivado por las previsiones para este año. "En 2024, se espera que los ingresos operativos disminuyan en la banda media de la primera decena (es decir, la decena entre 0% y 10%) frente a 2023 (829,5 millones de euros)", explica la firma.
Rovi tiene tres líneas de negocio principales: las heparinas, la fabricación a terceros y la venta de productos propios (Okedi) o licenciados a otras farmacéuticas. La nota positiva la puso este último segmento, que por otra parte es la que menos peso tiene en las cuentas de la compañía. Neparvis (Novartis) facturó 45,5 millones de euros, un 16% más mientras que Okedi, la apuesta personal en esquizofrenia, multiplicó por siete sus ingresos (14,4 millones) en su primer año completo de comercialización. La nota negativa en este segmento fue Volutsa (de Astellas), que redujo su facturación en un 30% (de 17,8 millones a 12,4). La farmacéutica, por otro lado, buscará nuevas licencias en 2024 para reforzar esta área de negocio. Pero a finales de marzo se producirá una de las noticias más importantes para la empresa: será el 29 de ese mes cuando la FDA decida si aprueba el fármaco contra la esquizofrenia en Estados Unidos.
Sin embargo, la principal piedra que ha hecho tropezar a Rovi en 2023 han sido sus heparinas, principal negocio de la firma históricamente. La división en su conjunto ha visto cómo sus ingresos disminuían en 2023 en un 5%, hasta los 250,6 millones de euros. Por su parte, el biosimilar de enoxaparina también cayó un 3%, como la bemiparina, que redujo su facturación en un 9%. La explicación que se ofrece desde la farmacéutica es que durante el año pasado hubo menos pedidos, hecho motivado por el incremento que se produjo en 2022 como consecuencia de la pandemia, donde estos medicamentos fueron considerados críticos. Ahora, esta división representa el 30% de los ingresos del grupo, mientras que en 2022 era el 32%.
En los últimos años la circunstancia que ha catapultado a Rovi hacia lo más alto del panorama farmacéutico ha sido su participación activa en la fabricación de la vacuna del Covid para Moderna. Ahora que la pandemia ha concluído, la fabricación de este suero ha caído y con ello uno de los principales motores de crecimiento. Con todo, el área de negocio de la fabricación a terceros ha sobrevivido y los ingresos crecieron en un 1%, hasta los 409,3 millones de euros, prácticamente el 50% de los ingresos de la farmacéutica. Es por ello que la compañía de los López-Belmonte reforzará esta área, tal y como adelantó este medio, para acoger nuevos socios a los que ayudar en su producción de medicamentos.
Por otro lado, Moderna seguirá siendo el socio principal de Rovi durante los próximos años. Más allá del coronavirus, la firma madrileña fabricará las vacunas de la gripe y del Virus Respiratorio Sincitial (responsable de la bronquiolitis) para la biotecnológica estadounidense a medida que vaya consiguiendo las aprobaciones regulatorias. La buena noticia en este apartado es que los López-Belmonte consiguieron la aprobación de la FDA en su fábrica de Granada y por tanto también podrán vender vacunas allí y no solo en Europa.
Por último, Rovi propondrá a la Junta General de Accionistas el reparto de un dividendo con cargo a los resultados del ejercicio 2023 y a resultados de ejercicios anteriores por importe de 1,1037 euros por acción. Esta cifra implicaría el reparto de un importe equivalente, aproximadamente, a 35% del beneficio consolidado del año 2023 atribuido a la sociedad dominante.