
Las inmobiliarias de la familia Grifols han elevado su deuda un 50% en solo un año, hasta 403,6 millones de euros al cierre de 2022, según las últimas cuentas presentadas. La familia, que se enfrenta a la acusación por parte de Gotham City de haber engañado presuntamente a los inversores inflando sus datos de ebtida (resultado bruto operativo) de Grifols, tiene que hacer frente a un vencimiento de 250,5 millones en 2025 con otra de sus sociedades, Quadriga Real Estate.
Los Grifols controlan las sociedades inmobiliarias a través de Scranton—la patrimonial con sede en Países Bajos—; aunque la situación financiera no es la misma en todas. De las tres inmobiliarias más relevantes, Quadriga Real Estate tiene una deuda de más de 250 millones millones a cierre de 2022; Centurion Real Estate, de 153 millones y Aurea Arredamientos, de 145.000 euros.
Vencimientos
En el caso de Quadriga y según se recoge en las cuentas anuales de 2022 publicadas en el Registro Mercantil, tendrá que devolver un préstamos de 249,5 millones antes del 15 de agosto de 2025. La familia Grifols pignoró el 5,86% del capital de la farmacéutica como garantía del préstamo concedido por el Santander y mantiene, además, créditos cruzados con otras empresas del grupo.

El caso de Centurion es, sin embargo, distinto porque el primer vencimiento, de 41,11 millones de euros, es después de 2026. Para hacer frente a parte su endeudamiento, "la sociedad mantiene a 31 de diciembre de 2022 determinados inmuebles como garantía de préstamos hipotecarios cuya deuda pendiente es de 137,5 millones (143,2 millones en 2021)". El valor neto contable de los inmuebles que garantizan estos préstamos asciende a 87,19 millones, ligeramente por debajo de los 90 millones a los que estaban contabilizados un año antes. Tanto Centurion como Aurea, en la que tiene el 100% de las acciones, han puesto además varios inmuebles como garantía de la deuda de la patrimonial Scranton por un importe total de 30 millones. En el caso de Aurea Arrendamiento de Viviendas están valorados en 20,8 millones y en el de Centurion en 8,8 millones de euros.
Scranton, que actúa como vehículo inversor de la familia Grifols, cuadruplicó su endeudamiento y entró en números rojos tras las compras de Haema y Biotest US a la farmacéutica catalana por 538 millones de dólares (470 millones de euros) en 2018 en una operación cuestionada por Gotham City. La firma pasó de tener compromisos bancarios de 353 millones en 2017 a 1.313 millones de euros al cierre de 2021, según las últimas cuentas.