
La sanidad pública española vive un colapso continuo. Presenta un déficit de profesionales sanitario, diagnósticos tardíos y largas listas de espera para una consulta, operación o prueba médica. El 58,1% de los pacientes aguardan más una semana y dos días y medio para ser atendidos por su médico de cabecera, según datos de la tercera oleada del Barómetro Sanitario 2023, elaborado por el Ministerio de Sanidad y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
En 2023 casi el 76% de los españoles han acudido a una cita en el ambulatorio – alrededor de una de cada cinco consultas se realizaron por teléfono -. La espera de los pacientes, que aguardaron más de una semana, ha aumentado 24 horas de media respecto a julio del presente año. Además, casi tres de cada diez pacientes tuvieron que esperar más de 11 días – un 2,9% más de personas que en el séptimo mes del año -. También, el 70% indicó que la cita con el facultativo tardó más de un día porque no había hueco antes y solo el 9,6% fueron atendidos el mismo día.
Cabe recordar que antes de que el Covid 19 apareciese en la sociedad, es decir, en 2019 la espera se situaba en 5,8 días de media, y solo el 34,7% de los pacientes tenían que aguardar más de siete días, según el Barómetro. Es más, si se retrocede a 2015, el tiempo de espera era aún menor. En concreto 3,63 días. Ahora esta espera se ha duplicado.
Según consta en el barómetro, el 80,9% de los pacientes valoran positivamente la atención recibida. En concreto, un 2,3% menos que en julio y un 0,5% más que en febrero. El aspecto mejor valorado es la confianza y seguridad que transmite el personal sanitario. Sin embargo, el peor valorado es el tiempo que se dedica a cada paciente.
La odisea de conseguir una cita con el especialista
Esta situación no cambia en cuanto a citas con el especialista se refiere. En 2023, el 45% de los españoles han consultado a un especialista, ya sea por una derivación o por haber sido citada por el propio experto.
Casi el 34,7% de los pacientes tuvieron que aguardar más de tres meses para ser atendidos después de la derivación del médico de cabecera. En concreto, un 6,2% menos de personas que en julio. Ademas, dos de cada cinco esperaron entre uno y tres meses, y el 22,7% menos de 31 días.
Al mismo tiempo, siete de cada diez españoles afirman que si tuviesen que pedir una cita con un médico de familia o un pediatría acudirían a la sanidad pública, mientras que el 26,2% recalcan que irían a la privada. No obstante, si solicitarán una consulta con un especialista, el porcentaje de población que se dirigiría a los servicios públicos disminuye hasta el 56,8% y el de los que irían a la privada aumenta un 39,7%.
Si se cambia de escenario y se dirige la mirada a Urgencias, la mitad de los españoles a los hospitales y el 45,1% a la Atención Primaria. Además, el 49,2% de los pacientes tuvieron que esperar cuatro horas y casi tres de cada diez fueron atendidos en menos de una hora.
Por otra parte, casi la mitad de los españoles piensan que la situación de las listas de espera sigue prácticamente igual en el último año y el 29,7% afirma que ha empeorado. Pero, ¿cuál es la solución de esta problemática? La mayoría de la población indica que es necesario que se mantenga el mismo médico de cabecera de forma estable para los pacientes y más recursos económicos.