Coges el teléfono móvil, abres TikTok y empiezas a scrollear video tras video durante diez minutos. Seguramente en ese tiempo encuentres algún que otro clip sobre el SIBO. Y es que, en los últimos meses, las redes sociales se han llenado de videos en los que los usuarios comparte su experiencia con esta patología, lo que podría conllevar el riesgo de un sobrediagnóstico, según el miembro del Grupo de Investigación de Psicofisiología Aplicada y del Centro de Excelencia en Salud, Deporte y Ciencia de la vida de la Universidad Europea, Vicente Javier Clemente.
Usuarios de las redes sociales, influencers entre ellos, muestran el día a día de una persona que convive con SIBO (Small Intestine Bacterial Overgrowth). Además, exponen cuánto han tardado en darse cuenta de que padecían la enfermedad y cómo les ha cambiado la vida. "Aunque se conoce desde los 90, ahora parece que se ha puesto de moda, lo que está llevando a muchas personas a auto diagnosticarse, con las consecuencias negativas que puede conllevar para su salud", indica la profesora de Nutrición de la Universidad Europea, Andrea Calderón.
Pero, ¿Qué es el SIBO? Se trata del aumento excesivo de las bacterias en el intestino delgado que da lugar a un amplio abanico de síntomas. Entre ellos, se encuentra dolor, distensión abdominal, hinchazón, diarrea o estreñimiento, continua sensación de indigestión y pérdida del apetito. Además, esta patología provoca que quiénes la padecen produzcan hidrógeno en exceso en esa parte del aparato digestivo, debido a la fermentación de los carbohidratos que toman.
Cabe destacar que hay más mujeres que hombres que lo padecen, sin embargo se desconoce el motivo exacto, aunque hay una serie de factores hormonales que pueden influir. Por un lado, las fluctuaciones hormonales que padecen las féminas durante el ciclo menstrual podrían afectar ya que los cambios pueden alterar la motilidad intestinal, favoreciendo el crecimiento de las bacterias. También podría influir el uso de anticonceptivos orales.
Actualmente la manera de detectarlo es a través de un test de aliento. Se suministra al paciente una mezcla que incorpora lactitol y en un periodo de tres horas y media se va recogiendo el aire que el paciente va a ir espirando en unos tubos cada 30 minutos. También hay otro tipo de prueba que es el aspirado intestinal. Esta consiste en una endoscopia y un cultivo.
Por otro lado, las causas por los que una persona puede llegar a desarrollar esta enfermedad son varias y casi siempre se trata de una combinación de muchas. No obstante, las más comunes son padecer una disfunción motora intestinal o una alteración de las válvulas intestinales que provoque que el flujo adecuado de los alimentos y líquidos se vea alterado, lo que facilita que las bacterias del intestino grueso retrocedan al delgado, favoreciendo el sobrecrecimiento bacteriano. También, puede estar causada por un uso excesivo de antibióticos o contar con enfermedades gastrointestinales subyacentes como el síndrome del intestino irritable o celiaquía.
No obstante, los expertos indican que existen otros trastornos digestivos, además del SIBO por lo que es posible que la persona no padezca esta enfermedad. Es más, es muy habitual que el sobrecrecimiento bacteriano responda a una afección médica subyacente, como la patología inflamatoria intestinal o la celiaquía.